Murcia, 12 oct (EFE).- El torero Pepín Liria, que se despedía hoy de los ruedos, tras quince años como matador de toros, cortó un total de ocho orejas y un rabo en esta corrida, en la que el coso de La Condomina registró un lleno.
Se lidiaron seis toros de distintas ganaderías y un séptimo, que el espada lidió como sobrero, en la que era su corrida 768, desde que en 1993 tomase la alternativa.
En su primero, oreja con petición; en el segundo, dos orejas; en el tercero, oreja; en el cuarto, oreja; en el quinto, oreja; en el quinto, oreja; en el sexto, silencio, y en el sobrero, dos orejas y rabos.
Los tres primeros toros, todos ellos nobles y colaboradores, pertenecían a los hierros de Las Ramblas, Zalduendo y Fuente Ymbro, mientras que el cuarto, muy encastado y peligroso, era de la ganadería de Victorino Martín. El quinto fue de la divisa de Jandilla, y el sexto y sobrero de El Torero.
La faena de más mérito y exposición fue la que el torero de Cehegín realizó al que hizo cuarto, un toro de Victorino Martín, que se quedaba a mitad del viaje y que fue muy exigente, aunque el torero nunca dio la faena por perdida, y le plantó cara en una lidia de mucho mérito por uno y otro pitón.
Ante este toro, de mucha transmisión, el espada demostró una vez más las que han sido sus notas más características de valor y honradez ante los toros.
El quinto de la tarde, de Jandilla, no gustó al público de salida e incluso llegó a pedirse su devolución, pero en la muleta se dejó, gracias a que el espada supo hacerle las cosas bien.
El sexto, de la ganadería de El Torero, fue muy parado y sin apenas transmisión, por lo que el diestro abrevió y regaló el sobrero, que salió en séptimo lugar y que era del mismo hierro.
Este segundo astado de El Torero, de nombre Samurai, no acabó de entregarse pero Lidia lo entendió bien y supo arrancarle unas tandas de muletazos y naturales, en la que siempre estuvo por encima de su oponente.
Antes de abrir la Puerta Grande dio dos clamorosas vueltas al ruedo, en las que se fueron sucediendo llevándolo a hombros, David Fandila El Fandi y otros matadores de toros que habían querido ser testigos de la despedida del diestro de Cehegín.
Pepín Liria brindó el tercero de la tarde a los también espadas Juan Antonio Ruíz Espartaco, José María Manzanares, Javier Conde, El Fandi y Salvador Vega, mientras que el quinto lo brindó a su apoderado y empresario del coso de Murcia, Ángel Bernal, y el sexto a sus dos hijas.
La plaza de toros de La Condomina había sido engalonada con guirnaldas y, tras el paseíllo, el torero recibió varias placas de recuerdo, ofrecidas por distintas organizaciones taurinas, por la comunidad autónoma de Murcia, la delegación del gobierno y el ayuntamiento de Murcia.EFE