El Alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha inaugurado esta mañana un busto en homenaje al desaparecido sacerdote José Martínez Aparicio, conocido en la ciudad como padre Joseíco.
José Martínez Aparicio nació en La Palma (Cartagena). Tras su ordenación ocupó la dignidad de coadjutor en Espinardo, para hacerse cargo de la parroquia de Santa María de Gracia y por último de San Francisco Javier-San Antón, cuya fundación y construcción impulsó al igual que la parroquia del Espíritu Santo de Espinardo, y La Consolación (nueva) en Molina de Segura.
Miguel Ángel Cámara ha destacado que, “después de 40 años de sacerdocio, el padre Joseíco alcanzó gran popularidad en toda la Región, a lo que contribuyó su carácter afable y comprometido con los más pobres”. Además, fue un gran impulsor del culto a la Virgen de la Fuensanta y colaboró activamente con la Hermandad del Rocío de Murcia, de la que fue consiliario.
Entre sus logros, coordinó la construcción de la residencia de ancianas El Amparo, en el Verdolay, lo que le valió la concesión del premio Laurel de Murcia y recibió el nombramiento de Hijo Adoptivo de la ciudad.
Trabajó con los enfermos de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, y atendía los servicios religiosos de colegios y conventos. Hace ahora unos meses, un grupo de antiguos colaboradores, junto al párroco de San Francisco Javier-San Antón, Jorge Rodríguez, y el pintor José Alcaraz, promovieron este reconocimiento. El busto ha sido costeado por suscripción popular y el Ayuntamiento de Murcia se ha encargado de su instalación, incluyendo la construcción de la base del monumento que hoy se ha inaugurado en la puerta de la iglesia de San Francisco Javier.