Para la elección de sus objetivos recurrían a las redes sociales, estudiando fotografías y vídeos que los deportistas y su entorno publicaban del interior de sus viviendas
La investigación se centró en torno a un robo cometido el pasado mes de mayo de 2023 en una vivienda de Alcobendas donde consiguieron sustraer efectos por un valor aproximado de 500.000 euros, entre los que destacaban relojes de alta gama y piezas de joyería. En este caso, los agentes consiguieron situar a tres varones en el escenario de los hechos, quienes lograron acceder a la vivienda tras saltar una valla, huyendo posteriormente en un vehículo.
Las pesquisas policiales relacionaron este robo con un intento fallido en esa misma vivienda, perpetrado diez meses antes, en esta ocasión por dos individuos que huyeron al ser sorprendidos por un trabajador. Relacionando ambos hechos, los investigadores consiguieron identificar uno de los dos vehículos, centrándose la investigación en su propietaria, en su pareja sentimental y en otro varón.
El análisis de los movimientos de estas tres personas consiguió vincular los hechos de Alcobendas con otro robo, en este caso con violencia o intimidación, cometido en una vivienda del distrito madrileño de Aravaca, en el que los autores llegaron incluso a retener a una empleada del hogar mientras conseguían su botín. En este caso, para llegar y huir del domicilio utilizaron un turismo sustraído y una motocicleta con una placa de matrícula modificada.
Identificación de los facilitadores de información y del receptador
El avance de la investigación consiguió identificar a los colaboradores que facilitaban a los dos presuntos autores materiales información de posibles objetivos. Todos ellos eran personas de alto poder adquisitivo que residían en viviendas unifamiliares ubicadas en urbanizaciones exclusivas de la Comunidad de Madrid. Gracias a esta información se reforzó la presencia policial en los puntos sensibles y se frustraron nuevos robos en localidades como Pozuelo de Alarcón y Torrelodones.
Asimismo, los agentes rastrearon algunos de los efectos sustraídos e identificaron a un varón que regentaba un establecimiento dedicado a la compraventa de metales preciosos de Madrid como receptador de los mismos, colaborando de esta manera como último eslabón del grupo criminal.
Cuatro entradas y registros y desarticulación del grupo criminal
Conforme avanzaban las averiguaciones, los investigados comenzaron a adoptar más medidas de seguridad, utilizando multitud de líneas telefónicas y de vehículos para dificultar la labor policial. Por este motivo, el pasado 13 de febrero se elaboró un dispositivo para su detención, con cuatro entradas y registros en los municipios de Escalona (Toledo), Sotillo de la Adrada (Ávila), Lozoya (Madrid) y en la propia capital madrileña.
En este operativo fueron detenidos los seis integrantes del grupo criminal –cinco hombres y una mujer– y se intervinieron diez relojes, diversas piezas de joyería, más de 3.300 euros en efectivo y dos pistolas de aire comprimido, entre otros efectos.
Los arrestados pasaron a disposición de la autoridad judicial como presuntos autores de ocho delitos de robo con fuerza, un robo con violencia o intimidación, falsedad documental, receptación y blanqueo de capitales, así como por pertenencia a grupo criminal. Tres de los arrestados, los dos presuntos autores materiales y uno de sus colaboradores, han ingresado en prisión provisional.
Rastreaban las redes sociales y completaban la información
Para la elección de sus objetivos, este grupo criminal utilizaba el contenido audiovisual que los propios deportistas, sus familiares o personas de su entorno publicaban en redes sociales, mostrando algunos de los efectos de gran valor que poseían en sus domicilios, así como su distribución espacial y ubicación del mismo e, incluso, informando de cuándo se encontraban ausentes de sus viviendas.
Esta información era, posteriormente, contrastada y completada sobre el terreno por integrantes del grupo criminal, quienes realizaban visitas a las viviendas interesadas para realizar comprobaciones sobre los sistemas de seguridad instalados y la viabilidad de acceso a las mismas, demostrando un alto grado de profesionalidad.