Sensible a la emergencia climática, la Universitat Oberta de Catalunya decide calcular las emisiones de gases de efecto invernadero que produce
Esta iniciativa tiene por objetivo desarrollar un plan de sostenibilidad ambiental
La huella de carbono hace referencia a la cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera una actividad o individuo, o bien una organización. La UOC, por iniciativa del grupo de sostenibilidad del Consejo de Universidad, hace el primer cálculo de su huella de carbono. En 2019, la UOC emitió 3.089 toneladas de CO2, el equivalente a 2,08 kilos de CO2 por crédito con docencia. El cálculo se ha realizado tomando el 2019 como referencia porque la pandemia generalizó el teletrabajo entre el personal de la institución y los resultados habrían variado significativamente.
Calcular la huella de carbono es vital para saber cómo se generan dichas emisiones e identificar, así, acciones efectivas que pueden llevarse a cabo para reducirlas, puesto que "estamos en situación de emergencia y caos climático, y las universidades tenemos que ser referentes y ejemplo, tanto para otras instituciones que tengan que abordar este camino como para nuestra comunidad", declara Pastora Martínez Samper, vicerrectora de Globalización y Cooperación de la UOC.
Conocer la cantidad de emisiones de GEI que generamos como institución "es un punto de partida importante", opina Isabel Solà, del grupo impulsor del Consejo de Universidad, "puesto que nos permite disponer de una herramienta para realizar el cálculo anual y saber en qué situación nos encontramos, y así poder buscar soluciones que nos permitan reducir esta huella". Martínez Samper añade que "nos hemos comprometido a no incrementar nuestra huella de carbono a partir de este primer cálculo, y a desarrollar un plan para reducirla. También nos hemos comprometido a repetir anualmente el cálculo para evaluar si nuestras acciones van por buen camino". Para calcular la huella de carbono de la UOC, se ha contado con el asesoramiento y la ayuda de Inèdit, un estudio de ecoinnovación estratégica especializada en el acompañamiento de las organizaciones hacia la sostenibilidad.
Los resultados de este tipo de estudios siempre se expresan en toneladas de CO2 equivalentes, cifra que incluye la cantidad total de gases de efecto invernadero de todas las emisiones, ya que no tienen que ser todas derivadas directamente del carbono.
En el estudio no solo hemos podido calcular el total de emisiones, sino también desglosar los colectivos o las actividades más contaminantes en el día a día de la universidad.
La UOC tiene un plan de sostenibilidad ambiental
Con el objetivo de revertir la emergencia climática actual, en 2021 la UOC firmó unos compromisos de acción climática y se adhirió al Programa de acuerdos voluntarios de la Generalitat de Cataluña, un paso importante porque "refuerza nuestra determinación en la lucha contra el cambio climático. Como universidad responsable de formar a una ciudadanía y a profesionales que puedan hacer frente a los retos globales, apostando por la investigación y generando un conocimiento en este ámbito que nos permita avanzar, también tenemos que dar ejemplo", afirma Martínez Samper.
La vicerrectora cree que "se nos plantean grandes retos: cómo medimos el impacto de la actividad del estudiantado o las implicaciones de la Nueva Manera de Trabajar en la huella de carbono de la UOC. A partir de todo este análisis de la huella de carbono, diseñaremos un plan de sostenibilidad que nos permita avanzar hacia la neutralidad climática de la universidad en 2030". Todos estos objetivos se enmarcan en el Plan de sostenibilidad ambiental, promovido por el Consejo de Universidad e incluido en el Plan estratégico, y responden, a la vez, a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidas en la Agenda 2030.
Objetivo: reducir un 5 % anual las emisiones de gases de efecto invernadero
Sabiendo que se parte de esta situación, es necesario aplicar medidas para conseguir reducir un 5 % anual las emisiones de gases de efecto invernadero para llegar a la neutralidad propuesta para el 2030. En esta línea, se está trabajando en la elaboración de un plan de acción y, tal y como afirma Isabel Solà, "el cálculo de la huella nos permitirá ver el impacto de estas acciones y hacer, así, los ajustes necesarios para que sean más eficaces".
Aunque estas son medidas que hay que tomar como institución, individualmente también podemos hacer mucho, con pequeñas acciones en nuestro día a día para poder alcanzar el objetivo global que compartimos. "Hay un impacto muy directo de la Nueva Manera de Trabajar, y es la reducción de los desplazamientos por parte del personal de la UOC, que se traduce en una reducción de las emisiones de CO2 debidas al transporte. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de trabajar desde casa provoca un incremento del gasto energético de los hogares y reduce la influencia directa que tenemos como organización en nuestras emisiones. También se han implementado mejoras en los edificios de la UOC que permiten lograr una mayor eficiencia energética de nuestras sedes, y se sigue trabajando en otras posibles mejoras que nos permitan conseguir la neutralidad climática", apunta Eduard Bosch, vicegerente de Finanzas y Recursos.
Bosch explica que, desde hace varios años, "la UOC ha ido impulsando distintas acciones para reducir el impacto de nuestra actividad universitaria. Por ejemplo, se destina un presupuesto anual a la mejora de la eficiencia energética de los diferentes espacios, y se incluyen criterios medioambientales en las compras de la universidad", y añade: "también aseguramos que toda la electricidad que consume sea renovable. Ahora tenemos que trabajar, junto con las diferentes áreas y el Consejo de Universidad, un plan de acción concreto que permita dicha reducción". También lo cree así Isabel Solà, que declara que "desde el Consejo de Universidad seguiremos impulsando acciones para hacer de la UOC una universidad cada día más sostenible".
Un largo camino por recorrer que ya hace varios años que hemos iniciado, y que hará que el cálculo de la huella de carbono nos permita llegar al objetivo de la neutralidad climática de la universidad en un futuro cercano.