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Beirut: dos meses después de la explosión que destruyó la ciudad

Aldeas Infantiles SOS proporciona apoyo psicológico, económico y educativo a niños, niñas y familias en Beirut

La organización facilita ayuda económica, vales de alimentos, artículos de primera necesidad y vivienda a 130 familias así como apoyo educativo a 120 niños que no pueden asistir a la escuela.

"Algunos niños se asustan cada vez que escuchan un ruido; otros no quieren quedarse solos. En general, todos experimentan miedo y ansiedad", explica su presidente, Pedro Puig.

El reconocido DJ libanés Rodge brinda su apoyo a la organización y transmite un mensaje de esperanza junto a los niños y las niñas de los programas de Aldeas Infantiles SOS en el país a través de un vídeo que puede descargarse en este enlace: https://we.tl/t-R9DRreGEBb.

Cuando están a punto de cumplirse dos meses de la terrible explosión en el puerto de Beirut, Aldeas Infantiles SOS continúa prestando ayuda de emergencia en la capital libanesa. Niños, niñas y familias que lo han perdido todo reciben protección y apoyo psicológico, económico y educativo. La catástrofe vino a empeorar aún más la situación del país, ya castigado por una profunda crisis económica y los efectos de la COVID-19. La organización trabaja en el Líbano con niños y familias vulnerables desde 1964.

La crisis económica y la pandemia ya habían puesto en una situación de vulnerabilidad a numerosas familias en Beirut, que tenían dificultades para atender a sus hijos. Pero la explosión en el puerto el pasado mes de agosto dejó a muchas de ellas en la más absoluta desprotección: perdieron sus hogares, el trabajo y, en los peores casos, a familiares, no pudiendo satisfacer sus necesidades básicas ni las de sus hijos.

Aldeas Infantiles SOS, que trabaja en el Líbano desde 1964 proporcionando un hogar a aquellos niños y niñas que no pueden vivir con sus padres y fortaleciendo a familias vulnerables, puso en marcha tras la catástrofe un programa de respuesta a emergencias en Beirut dirigido a niños y niñas afectados por la explosión. Una parte de estos menores perdieron el cuidado de sus padres, por lo que necesitan cuidado alternativo, o pasaron a vivir con familiares que precisan de apoyo para poder atenderlos y garantizar su bienestar. Otros están en riesgo de perderlo al encontrarse en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Casi dos meses después, la organización continúa trabajando con 130 familias a las que facilita ayuda económica, vales de alimentos, artículos de primera necesidad y vivienda. Asimismo, 120 niños y niñas que no pueden asistir a la escuela reciben apoyo educativo y tablets que les permiten seguir la educación online, y 50 han obtenido tratamiento médico urgente.

"Tratamos de ayudar a los padres y madres a encontrar trabajo y reparar sus casas antes del invierno. Todas estas familias necesitan apoyo financiero para comprar artículos esenciales como alimentos y productos de higiene. Hoy en día, los desinfectantes para manos y las mascarillas son inaccesibles para ellos y sienten que ni siquiera pueden proteger a sus hijos contra el coronavirus", explica el presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig.

La organización también proporciona cuidado alternativo en entornos familiares a diez niños que perdieron a sus padres a causa de la explosión. Organiza, además, actividades grupales en espacios seguros para niños y niñas con un enfoque lúdico-educativo, inclusivo y adaptado a las distintas edades. En estos espacios, a los que acuden 100 niños y niñas durante el día, se promueve el cuidado, el bienestar y el aprendizaje.

Aldeas Infantiles SOS identifica a los niños, niñas y familias vulnerables y ofrece respuesta a sus necesidades psicosociales mediante un proceso individualizado, que incluye apoyo psicológico directo, gestión de los casos de desprotección infantil y trabajo en red con otras organizaciones para satisfacer necesidades específicas adicionales.

Deterioro de la salud mental

En este contexto, la salud mental de niños, niñas y adultos se ha visto afectada. "Algunos de los niños que atendemos se asustan cada vez que escuchan un ruido, por ejemplo un portazo, y se niegan a seguir viviendo junto al puerto, por temor a que se produzca una nueva explosión en cualquier momento. Otros no quieren quedarse solos y prefieren estar acompañados por sus familiares en todo momento por miedo a perderlos. En general, todos experimentan miedo y ansiedad", señala Pedro Puig.

La organización de atención directa a la infancia asegura que el apoyo psicológico que proporciona a los padres también es fundamental. "Aún sufren las consecuencias del trauma: viven rodeados de confusión y muchos han perdido la esperanza", lamenta el presidente de Aldeas Infantiles SOS.

Para dar visibilidad a esta realidad, niños y niñas de los programas de Aldeas Infantiles SOS en Líbano han protagonizado un vídeo en el que entonan la canción "Se llama Beirut" y lanzan un mensaje de esperanza. La pieza cuenta con el apoyo del reconocido DJ libanés Rodge y puede descargarse en ese enlace.

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