La salud, la educación y la igualdad de oportunidades son los temas que más les preocupan.

Un total de 460 niños y niñas han alzado su voz y han dejado claro que quieren que sus opiniones se tengan en cuenta.

La organización de atención directa a la infancia fomenta, de este modo, el derecho de los niños, niñas y adolescentes a participar en las decisiones que les afectan.

Aldeas Infantiles SOS ha preguntado a los niños y niñas de sus Programas de Protección y de Prevención qué le propondrían al presidente del Gobierno para afrontar la salida de la crisis post covid-19 y comenzar a reconstruir el país. Un total de 460 niños y niñas han alzado la voz y han hecho una seria de propuestas y sugerencias que dejan claro que quieren que se les tenga en cuenta y que no quieren ser dejados atrás. La salud, la educación y la igualdad de oportunidades son los temas que más les preocupan. La organización de atención directa a la infancia favorece, de este modo, el derecho de los niños, niñas y adolescentes a participar en las decisiones que afectan a sus vidas.

En el ámbito de la salud, algunas de las medidas que piden los niños y las niñas son el abastecimiento a los hospitales de los equipos de protección necesarios para garantizar la seguridad del personal sanitario; mascarillas gratuitas para toda la población; desinfección de los espacios públicos: test gratuitos y accesibles para todos; campañas de sensibilización y reeducación de las personas que no cumplen con las recomendaciones sanitarias; multas para aquellos que no acatan las normas de distanciamiento social; mayor inversión en investigación para alcanzar una vacuna contra la covid-19; así como el acceso a una mayor atención psicológica y de salud mental. Clara, una niña de Granada de 11 años, subraya, además, "la importancia de tomar precauciones al cambiar de fase, porque puede subir el número de contagios".

En relación a la educación, los participantes solicitan la dotación a las familias con niños de las herramientas tecnológicas necesarias para poder seguir con el ritmo escolar; la mejora de la conectividad a internet; la desinfección de los centros escolares; el alivio de la carga de estudio para evitar que los niños con mayores dificultades se queden atrás; o información accesible y adaptada sobre la desescalada. También han dejado constancia de su apoyo a la medida gubernamental del aprobado general, ya que consideran que "este año ha sido especialmente complicado mantener el ritmo escolar".

Por último, los niños han mostrado preocupación por la igualdad de oportunidades y proponen al presidente que se escuche la voz de los más desfavorecidos; que se trate a todos los niños y niñas por igual; que se provea de un hogar donde vivir a todos los niños y niñas en situación de pobreza, así como de ayuda alimentaria; que se fomente el empleo digno; y que se invierta en familias más vulnerables. También han puesto de manifiesto la especial situación de los menores privados del cuidado parental y han pedido más apoyos una vez cumplen la mayoría de edad, para que cuenten con las mismas oportunidades que sus iguales. En ese sentido, Irene, una niña de Cuenca de 14 años, ha señalado que le gustaría "que se tuviera en cuenta a los niños tutelados que viven en hogares de protección, ya que no vivimos con nuestras familias y no tenemos contacto continuado con ellas".

Los 460 niños y las niñas que han participado en la encuesta proceden en un 60% de los Programas de Protección de Aldeas Infantiles SOS, en los que se ofrece un nuevo hogar a aquellos niños que no pueden crecer con sus padres. El 40% restante proviene de los Programas de Prevención de la organización, con los que se brinda ayuda a niños y familias en situación de vulnerabilidad para mejorar la situación de sus hogares y favorecer la crianza positiva. Aldeas cuenta con programas de este tipo en diez Comunidades Autónomas. Todos los participantes tienen entre 8 y 18 años y, en relación al género, el 51% son chicos y el 49% chicas.

Aldeas Infantiles SOS también propone

La crisis sanitaria, económica y social provocada por la covid-19 ha puesto en jaque a miles de familias en nuestro país, especialmente a aquellas con niños que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad. Son familias que de la noche a la mañana han visto reducidos sus ingresos, no pueden ofrecer a sus hijos la alimentación equilibrada que necesitan o carecen de las herramientas necesarias para proporcionarles la atención educativa a la que tienen derecho. Unas circunstancias que incrementan el clima de tensión emocional y de estrés que ya se vivía en estos hogares y que acaba por revertir en el bienestar de sus hijos e hijas.

Aldeas Infantiles SOS muestra una gran preocupación por estas familias y advierte de que esta crisis devolverá a muchas de ellas a la época de 2008. "Por eso, queremos poner nuestra experiencia de más de 50 años protegiendo a la infancia al servicio de la reconstrucción social y económica de nuestro país, para que ningún niño sea dejado atrás; y solicitamos al Gobierno un enfoque de infancia en sus políticas que ponga el foco en los más vulnerables: los niños y las niñas que han perdido o están en riesgo de perder el cuidado de sus padres, tal y como reconoce la Resolución de Naciones Unidas sobre los Derechos de los niños sin cuidado parental o en riesgo de perderlo, de noviembre de 2019", explica el presidente de la organización, Pedro Puig.

Aldeas Infantiles SOS propone cinco medidas urgentes:

Los niños y las niñas que carecen de cuidado parental o están en riesgo de perderlo deben ser reconocidos formalmente como un grupo prioritario a la hora de elaborar medidas a corto y largo plazo, dados los mayores riesgos y condiciones de vulnerabilidad que experimentan.

Ampliación de los servicios de protección social que garantizan el bienestar de las familias. Esto incluye, la implantación o ampliación de los programas de transferencia de efectivo, la mejora del acceso a la salud, la educación y la vivienda; la entrega directa de alimentos, material de higiene y materiales educativos; la mejora del acceso a la conectividad a fin de cubrir la brecha digital; y la ampliación del acceso a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial.

Redoblar los esfuerzos de prevención y fortalecimiento familiar. La vigilancia presencial de los niños, las familias y los entornos de atención debe continuar para reducir los riesgos de abuso, violencia y abandono de los niños en caso de producirse un nuevo periodo de confinamiento.

Garantizar la calidad del cuidado en los entornos de acogimiento y los recursos necesarios para asegurar el bienestar emocional, psicológico, físico y educativo de todos los niños. Esto debe incluir el mantenimiento del contacto entre el niño y su familia de origen, aunque sea a distancia.

Mejorar y ampliar el apoyo y la protección de los jóvenes que abandonan el acogimiento al cumplir la mayoría de edad, que se enfrentan a una mayor incertidumbre y vulnerabilidad en el contexto de crisis post covid-19.