Me dirijo a los ciudadanos y ciudadanas de Molina de Segura que es a quienes me debo y a quienes he representado con mucho orgullo desde su apoyo mayoritario en las últimas elecciones municipales. He representado con mucho honor a ciudadanos y ciudadanas que confiaron en un proyecto por el que desde la máxima honradez, honestidad y transparencia he intentado desarrollar hasta donde me han dejado.
Ahora me despido desde la tristeza, y el abatimiento de haber sufrido un linchamiento sin precedentes que ha dañado a mi familia, y a mi persona. He trabajado por mi partido, y por mi ciudad y sin descanso desde muy joven. He sacrificado muchas cosas, mi vida personal, familiar y social, pero lo he hecho desde el convencimiento y la fortaleza de que cambiar la sociedad, y mi propia organización era imprescindible.
La política para mi, no es un medio para asegurar mi existencia. Nací en una familia humilde, y la sociedad que crearon nuestras madres, nuestros padres, nuestros abuelos me permitió, que desde una familia monoparental pudiese progresar en la vida, hasta llegar a un puesto de responsabilidad como el que hasta hoy he ocupado. Jamás he olvidado mis orígenes a la hora de atender las necesidades de la gente. Espero, y por eso seguiré luchando desde donde esté, que los hijos de los humildes puedan tener las mismas oportunidades que yo tuve, y seguiré luchando con fuerza para que mi hijo tenga una vida más fácil que la mía.
No he robado, no he prevaricado, no he malversado, no estoy procesada ni imputada por ningún caso de corrupción. No he cometido ningún delito, no he mentido. Nunca he pisado un juzgado. Me he vacunado, sí. Cometí el error de vacunarme cuando me llamaron desde mi centro de salud porque consideraron, que al ser paciente de riesgo, y estar altamente expuesta, iba a ser lo mejor para mí. Ese es el máximo delito que he cometido en mis 43 años de vida. Y por ese delito abandono este proyecto que he liderado y que considero apasionante.
La política como un intercambio de locuras debe terminar si realmente queremos que los agotados, los desilusionados, los decepcionados se sumen y conecten con sus instituciones. Creo, que solo desde la humanidad se puede hacer crecer a las ciudades, a los pueblos, y a la sociedad. Tomar decisiones e intentar ordenar lo que ya ordenaron los ciudadanos, respondiendo a la inmediatez de los medios o de las redes sociales, pretendiendo así dictar sentencias desde las emociones más viscerales y los sentimientos, destrozando a personas, no es la política que quiero hacer, ni la que quiero vivir.
Quiero una política más humana, quiero ejercer el poder de otra manera, con humanidad, con solidaridad, con amabilidad, con consenso y participación, pero con la contundencia de la justicia social en la que creo.
Lo que siento más cierto es, que de esta forma, seguiremos alimentando la crisis de legitimidad de la democracia, y eso tiene consecuencias indeseables para el devenir de las sociedades democráticas actuales. Estamos alimentamos el auge de los populismos.
Me duele en extremo lo externo, pero más me duele lo interno. Agradezco a todas las personas que habéis estado a mi lado con lealtad para intentar buscar mesura ante esta locura, doy gracias a los molinenses que tantas muestras de apoyo me habéis mostrado a lo largo de estos días y que me han insistido para que ante esta injusticia, aguantase, porque no todo vale en política, y porque el tiempo pone cordura a las cosas.
Siento no poder cumplir vuestro mandato, pero me debo a un partido que ha tomado esta decisión, y fallaría a mis principios, resistiendo ante las decisiones de órganos superiores. “Las guerras terminan cuando los vencedores imponen a los vencidos su propia regla decisoria” dice Sartori. Además de que no puedo ver sufrir a mi familia.
A todos los grupos políticos, decirles que es posible profundizar en nuestra democracia a través de la participación ciudadana, que nunca olviden esto, porque en la base de la democracia está gobernar debatiendo.
A los ciudadanos, a las asociaciones, a las empresas, a los funcionarios de esta casa, darles profundamente las gracias, porque me han dado más de lo que yo nunca pueda darle a ellos. Seguiré con ellos, luchando pero otra manera.
Y termino con un mensaje de una molinense, y que resume todo lo hecho y por lo que me siento suficientemente satisfecha en esta etapa de mi vida en política: “Molina no solo es ejemplar en la gestión del covid, lo es por muchos motivos más desde que aterrizaste con tu ilusionante proyecto. Tu no solo haces política Esther, tu generas un orden de vida local distinto. Dónde había un pueblo dormido, hoy encuentras en su gente emoción por construir, a veces mediante la crítica, es cierto, ¿pero qué mejor señal para comprobar que la pócima funciona? Si la gestión publica ha de tener un objetivo, ese es el de la educabilidad ciudadana y la crítica, forman parte del proceso. Cuando una planta crece siempre agrieta la tierra antes de florecer...
Para mi eres ante todo profesora y eso nunca lo dejarás de ser, el rol político siempre es coyuntural, y tal vez analizar toda esta situación desde esa perspectiva docente hará que se convierta en lo que realmente es: un aprendizaje más, que inevitablemente pasará. Como ciudadana de Molina te rogaría q te quedases”.
Esther Clavero Mira