Pedro Cano, una de las principales figuras de la pintura contemporánea a nivel europeo, ha visitado esta mañana Mazarrón con el objetivo de comenzar a esbozar un proyecto expositivo que desembarcará en el municipio de manos de la fundación que lleva su nombre. Cano ha sido recibido por el Alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, y la concejala de Cultura, Turismo y Educación, María Celeste Soria. Juntos han realizado una visita a las Casas Consistoriales, lugar que acogerá el citado proyecto. El pintor blanqueño ha quedado prendado con la belleza del singular edificio, especialmente con el Salón de Plenos y la Alcaldía.
La visita, en la que también han estado presentes la coordinadora de la "Fundación Pedro Cano", María González, el director de la Universidad Popular de Mazarrón, José María López, la archivera municipal, Magdalena Campillo, y el comisario de las Casas Consistoriales, Juan Sánchez, ha continuado por el Santuario de La Purísima, la iglesia de San Andrés y el castillo de Los Vélez. El camarín de la Virgen, en el Santuario, y el artesonado mudéjar de la citada iglesia también han fascinado al pintor.
Cano ha asegurado sentirse "gratamente acogido" en Mazarrón donde sus años de infancia dieron como fruto expresiones de este artistas, que formarán parte del proyecto expositivo que ya se ha puesto en marcha. Por su parte, Campillo ha agradecido al pintor su "deferencia con nuestra tierra" y ha comentado sentirse "muy ilusionado con este proyecto", del que por ahora no se pueden dar más datos, ya que "supondrá un importante revulsivo para la cultura y el turismo del municipio".
Pedro Cano nace en Blanca (Murcia) el 10 de agosto de 1944. Comienza su andadura de forma autodidacta realizando sus primeros óleos con sólo once años en su pueblo natal. A los diecinueve se traslada a Madrid y más tarde, en 1965, ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde tiene como profesores a Antonio López García y a Juan Barjola, entre otros. Cuatro años después gana una beca de pintura de paisaje del Ministerio de Asuntos Exteriores para la Academia Española de Bellas Artes en Roma durante tres años, pasados los cuales se traslada a Anguillara, un pequeño pueblo a las afueras de Roma en el que sigue viviendo habitualmente cuando se encuentra en Italia.
Durante los años 80 reside durante cinco años en Nueva York, aunque nunca ha dejado de regresar a menudo a su pueblo en la provincia de Murcia. A pesar de sus estancias en estas dos ciudades y en Nueva York y sus prolongados viajes por lugares tan dispares como Siria, Jordania, Egipto, Yemen, o Libia, Cano siempre lleva consigo su identidad y su personal visión humana y artística del mundo.
Aunque su obra está ligada a una figuración lírica, es difícil encasillar el trabajo de Cano, ya que en él se combinan su amor por la cultura clásica y una herencia de pintura abstracta-matérica que, unidas, se funden en una fuerte y singular expresividad.
A sus numerosos premios y reconocimientos, tales como la Medalla de Oro en la Bienal de Pintura y Escultura de Florencia en 1971, y un año después la Medalla de Oro de la Bienal de Artes Gráficas de Florencia, junto a su nombramiento en 2001 como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca de Murcia y la encomienda de Isabel la Católica, se suma la investidura del artista como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia en 2005.
Con el artista Pedro Cano la pintura murciana alcanza una de sus más altas cotas de calidad y reconocimiento internacional. Así lo demuestran sus habituales exposiciones en numerosos espacios públicos y privados en Europa y América. El artista posee obra en el Museo Vaticano, en la Galleria degli Uffizi en Florencia y en el Meadows Museum en Dallas.
De Pedro Cano han escrito personalidades como Alfonso Pérez Sánchez, Maurizio Calvesi, Predag Matvejevich, Juan Manuel Bonet o Lorenza Trucchi. Con la reciente inauguración en Blanca de la fundación que lleva su nombre, se cumple su sueño de mostrar gran parte de su obra en su ciudad natal. Más de mil obras entre óleos, acuarelas y cuadernos de viaje donados, algunos de los cuales viajarán pronto hasta Mazarrón.