El 11 de mayo de 2011 supuso un antes y un después para la ciudadanía lorquina. Quienes vivimos aquel terrible suceso no podremos olvidarlo jamás.
Diez años después, desde la Federación de Organizaciones de Mujeres queremos mostrar nuestro más sincero cariño y solidaridad con las familias que perdieron a sus seres más queridos aquel fatídico día. Están en su recuerdo, pero también permanecerán por siempre en la memoria colectiva de todas nosotras.
Sufrimos un vaivén en todos los sentidos. Aquella tarde, el terremoto de las 18:50 no solo hizo temblar la tierra zarandeando la vida de miles de personas: las de quienes se fueron para siempre y las de que quienes nos quedamos sobreviviendo la situación, tratando de encauzar nuestra nueva realidad como mejor podíamos y sabíamos.
Queremos agradecer la solidaridad de todas aquellas personas que desde el primer momento mostraron una empatía desbordante en forma de apoyo, cariño y solidaridad, y que la ciudadanía lorquina nunca olvidará.
Nosotras, como organización de mujeres, también nos pusimos manos a la obra sin habernos recuperado del shock. Las mujeres lorquinas nos ofrecimos para ser voluntarias en el reparto de comida y realización de bocadillos para todas las personas que se habían quedado en la calle, y nuestras asociadas no dudaron un momento en poner a disposición del pueblo la infraestructura con la que contaban para la recogida de alimentos y ropa.
Como tantos otros colectivos sociales y vecinales, nuestra federación participó en todas las reuniones a las que fuimos convocadas, e incluso formamos parte de la plataforma por los terremotos del 11M. Al principio, cuando sí se abrieron procesos de consulta entre la ciudadanía, realizamos aportaciones y expusimos lo que creíamos que era conveniente para nuestra ciudad en aquellos momentos entre otras como la unificación de criterios a la hora de reparar las viviendas y edificios que habían sido gravemente afectados por los seísmos; la realización de un estudio exhaustivo de los diferentes aspectos estructurales de los edificios demolidos que pudieran servir de base para la creación de una nueva ley sismo resistente adecuada; la creación de una oficina permanente del Consorcio de Compensación de Seguros en Lorca y de otra de la Delegación de Gobierno, de la que luego nació la figura del comisionado; la exigencia de seguridad en los centros educativos de Lorca que habían sido seriamente afectados por los seísmos del 11 de Mayo; la revisión de los elementos arquitectónicos en una situación de precario equilibrio y que podían desplomarse sobre las aceras y calzadas en cualquier momento por viento, lluvia o por alguna pequeña réplica, pudiendo causar graves daños a los viandantes…
Salimos a la calle a buscar recursos económicos para quienes lo necesitaban, realizando mercadillos solidarios desde el mes de agosto hasta noviembre de 2011. Fuimos recorriendo municipios vecinos como Águilas y Puerto Lumbreras; estuvimos presentes en Feramur y en el mercado medieval de San Clemente y en los encuentros de cuadrillas de Aguaderas… Sin las mujeres, socias o no de la federación, y colaboradores como Telemag, el Molino, la Cámara de Comercio de Lorca y la Federación San Clemente, no hubiera sido posible equipar los stands. Donaban todo tipo de materiales que se podían vender (tejas pintadas, pinturas al óleo, cajas decoradas, platos… En aquellos espacios solidarios se podía encontrar desde un llavero hasta aperos de siega, pasando por pan, empanadas, bizcochos o dulces. Algunas asociaciones, como la de mujeres de Campillo, también realizaron mercadillos de segunda mano… En definitiva, un derroche de esfuerzo, apoyo, cariño y amor para con Lorca y su ciudadanía.
…Y Lorca y sus gentes volvimos a renacer. En la última década hemos afrontado un largo y complejo proceso de reconstrucción que ha cosechado éxitos, pero también importantes déficits. Hemos echado de menos que se abordara desde la perspectiva de género, porque a las mujeres, que teníamos tanto que decir, no se nos ha tenido en cuenta en ningún proceso participativo, a pesar de que las leyes obligan a ello.
La base de la perspectiva de género es la búsqueda de la igualdad para evitar situaciones de marginación, violencia e injusticia. Incluir la perspectiva de género de manera transversal en las políticas públicas es, sin duda, un acierto y un avance exponencial hacia la consecución de una mejor calidad de vida para todas y para todos. Sin duda, conseguir una ciudad sin discriminación y en igualdad de condiciones para las mujeres, significa extender estas positivas condiciones para el conjunto de la sociedad. Y en la reconstrucción de Lorca, hemos perdido una oportunidad excelente de poder ponerla en práctica. No nos rendimos. Esperamos que en las obras de regeneración urbana que aún han de acometerse, y que en la necesaria reconstrucción de nuestro casco histórico, se nos dé voz y participación. Porque es mucho lo que podemos aportar hacia la construcción de un verdadero municipio igualitario.