Lorca, 17/12/2025. El portavoz municipal de la coalición de izquierdas (IU+P+AV), Pedro Sosa, exponía esta mañana en rueda de prensa la primera valoración de su grupo frente al proyecto de presupuestos municipales para 2026 que se debatirá en Pleno el próximo día lunes 22 de enero.
Los primeros reproches del edil de izquierdas tienen que ver con los tiempos y las formas. Sosa afirma que un documento de la complejidad de un presupuesto no puede entregarse a los grupos de la oposición, incumpliendo plazos legales, el día antes de la comisión municipal que tiene que dictaminarlo, cuando el PP y VOX ya cuentan con él hace más de una semana y cuando, con ningún respeto institucional, han ofrecido ruedas de prensa sobre su contenido siete días antes de entregarlo a los grupos de la izquierda.
Se trata además de un presupuesto que, ya es marca de la casa PP&VOX, llega saltándose a la torera el marco temporal de entrega al Pleno de los presupuestos de organismos y empresas públicas que acabó al finalizar octubre, según se contempla en la normativa básica de haciendas locales.
Pero si malo es el aspecto formal, mucho peor es el ámbito material, donde todo es manifiestamente mejorable.
Por el lado de los ingresos, nos encontramos casi por primera vez en la historia con un proyecto de presupuestos que no viene precedido de un debate sobre las Ordenanzas Fiscales. Nos han hurtado así un debate esencial que supone el 50% de cualquier presupuesto, y en cuyo marco IU lleva muchos años presentando una completa batería de propuestas para combatir la enorme injusticia tributaria en la que seguimos instalados, aplicando ordenanzas fiscales del siglo pasado cuando ya hemos consumido 25 años del siglo XXI. No puede ser que todos los ingresos municipales propios se carguen a las espaldas de la mayoría social, y ni se intente asumir ninguna propuesta de fiscalidad novedosa que grave a las multinacionales de la energía, los suministros, o el reparto a gran escala, que aprovechan servicios e infraestructuras de los lorquinos para hacer negocio y ganar mucho dinero sin poner nada de su lado. No podemos seguir tolerando esa falta de responsabilidades sociales y fiscales de bancos y entidades financieras, de empresas de telefonía o de los macronegocios que se instalan en Lorca y a los que nada se les exige. Que los ingresos propios del Ayuntamiento se sostengan en su inmensa mayoría en el IBI inflado de las casas, las plusvalías y el sello del coche, no es más que el reflejo de una política tributaria anticuada, "viejuna"e injusta. Por no contemplar, las OOFF siguen sin introducir la propuesta de IU, acordada por unanimidad hace dos años, de bonificar tasas e impuestos a los hosteleros de las pedanías aquejadas por la despoblación.
Pero con ello nos hurtan también el necesario debate sobre el "callejero fiscal de Lorca". Hay mansiones en el campo de Lorca ubicadas en calles que se consideran de "5ª categoría" fiscal y apenas pagan tasas, y calles en los barrios más humildes de Lorca, con dos o tres categorías fiscales más altas, condenadas a pagar cada mes tasas públicas, entre ellas la recogida de basura, mucho más caras.
El conocido como "callejero fiscal" debiera ser un instrumento para distribuir, con justicia, las cargas fiscales en un municipio. Y en Lorca funciona en sentido contrario. Sosa ha puesto el ejemplo de todas las del barrio de Los Ángeles, del Portijico, o de los cabezos de San Cristóbal. Todas ellas se consideran de "tercera categoría fiscal", y pagan por ello mucho más en la tasa de basura de los recibos del agua que lo que pagan los vecinos de avenidas de algunas de las pedanías de Lorca, con viviendas de más valoración catastral y con más concentración de actividades económicas próximas, acceso a servicios públicos, disponibilidad de prestaciones, equipamiento urbano y zonas verdes y de esparcimiento, que están pagando mucho menos al considerarlas de "quinta categoría".
Pero siendo todo lo anterior decepcionante, abunda el edil de izquierdas, lo peor es el tratamiento presupuestario de las inversiones contempladas en este proyecto. Las inversiones reales son regresivas con relación al año pasado, que ya de por si eran raquíticas. Si en 2025 las inversiones reales casi alcanzaban el tres por ciento del presupuesto (un 2,98%), para 2026 perdemos casi un punto entero al suponer el 2,16% del total.
Un cuadro de inversiones raquíticas, que otro año más no incluye los compromisos que se reconocen y aprueban en los plenos municipales: desde el Museo de la minería en Almendricos a la intervención integral en la calle Portijico, desde la normalización del saneamiento en la avenida Fuerzas Armadas y el arreglo de Sutullena y Camino Viejo del Puerto, pasando por la desatención "delictiva" al casco histórico de la ciudad, en donde las "promesas" siguen ganando por goleada a las realidades. Para colmo, una de las mayores partidas consiste en transferir a "Aguas de Lorca" nada menos que 1.260.855 euros para compensar un supuesto déficit de la depuradora de los curtidos. Los lorquinos, con evidente incumplimiento del universal e internacionalmente reconocido y asumido principio de "quien contamina paga", estamos pagando, como consecuencia de haber asumido una competencia impropia, el sobrecoste de una depuradora de residuos del curtido que los ciudadanos de Lorca no tienen la obligación de costear.
Pero si ese cuadro y esos desbarajustes en materia de ingresos e inversiones son totalmente insuficientes para un municipio de 100.000 habitantes, con la segunda mayor extensión de España, igualmente ridícula es la previsión en materia de "personal". No cubrir, e incluso "suprimir" por la vía de los hechos y aprovechando las jubilaciones, puestos públicos de gran relevancia afecta muy negativamente a buena parte de los servicios públicos que el ayuntamiento debe prestar a los ciudadanos.