Sosa afirma que en Lorca campan a sus anchas decenas de motos y coches con el escape trucado contaminando la ciudad e impidiendo el descanso de miles de vecinos.
Tanto el Reglamento de Circulación, como la ordenanza lorquina de protección del medio ambiente contra el ruido y las vibraciones, como las propias recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) están de parte de los ciudadanos en materia de salud, de convivencia, de medio ambiente sonoro y de descanso, pero para que pasen del papel de la norma a la realidad hace falta voluntad, compromiso y trabajo de un gobierno local que no hace nada por cumplir con las normas en esta materia.
El portavoz de la coalición de izquierdas, Pedro Sosa, afirmaba esta mañana que a lo largo del verano han sido decenas los vecinos del casco urbano de Lorca, del centro y de los barrios, que le han parado por la calle para urgirle a que "haga algo" que acabe con los conductores de las motos ruidosas con el escape trucado que, solos y en grupo, se han dedicado muchas noches de estos meses a transitar a todo gas por las calles de la ciudad despertando o impidiendo el sueño de miles de ciudadanos.
Es incomprensible que en una ciudad como Lorca, coches y motos puedan circular por las calles contraviniendo las leyes y molestando a los ciudadanos, y, también ha apuntado el concejal de izquierdas que, pese a la falta de acción del resto de miembros de la corporación local, sobre todo de los que tienen la competencia y la obligación de hacer algo, le extrañaría mucho que fuese el único concejal que esté recibiendo estas quejas vecinales. Es cierto afirma Sosa, que hay políticos locales que se pasan largos meses fuera de Lorca y ajenos a la realidad que se vive aquí en los veranos, pero para eso estamos nosotros, para señalarles la realidad y recordarles sus obligaciones.
Sosa sostiene que basta con meterse en Google para comprobar que existen miles de ayuntamientos en toda España que regularmente hacen controles de coches y motos en el contexto de campañas contra el ruido que provocan los tubos de escape, con el fin de verificar y comprobar la homologación de estas piezas, que muchas veces son sustituidas por los titulares de los vehículos para generar un aumento de la emisión de ruidos. Y eso que es la regla general en la mayoría de los ayuntamientos de España debería ser también lo normal en Lorca.
El edil de izquierdas ha señalado que la OMS determina que todo ruido que supere los 65 decibelios por el día o los 55 por la noche implica rebasar los límites que afectan a la salud de las personas. La normativa de aplicación en nuestro caso contempla un límite de 91 decibelios que con seguridad se está sobrepasando días y noches en las calles de Lorca a lo largo de todo el año. Unas conductas que podría determinar la imposición de sanciones que van desde los 200 a los 6000 euros e incluso la retirada y depósito de los vehículos.