Llevan seis años intentando que el Ayuntamiento de Lorca asuma su responsabilidad por la ejecución de unas obras de demolición en unas viviendas colindantes que han acabado generando graves problemas arquitectónicos en su casa, completamente agrietada
La Asociación de Vecinos “Rabaleros”, el concejal de IU, Pedro Sosa, y el párroco de San Cristóbal, manifiestan su apoyo a la familia y urgen al Ayuntamiento a dar una solución rápida y satisfactoria a la familia
16.02.2023. Una familia de trabajadores del barrio, de las que lleva toda una vida residiendo en una vivienda ubicada en una de las laderas del Calvario Viejo, en la calle Ponce de León y junto a la rabalera calle Meca, lleva más de seis años sufriendo un “calvario”. No entienden el funcionamiento lento, pesado y farragoso de la burocracia municipal, muchas veces indescifrable, para asumir y reparar el daño que se les está produciendo como consecuencia de unas obras municipales de demolición de viviendas en aquel entorno. Esas obras municipales se llevaron a cabo para poder acceder a los cabezos y proceder a la limpieza de las laderas, eliminando viviendas ruinosas y cuevas. Ese trabajo se hizo, pero dejando sin impermeabilizar y sin macizar los terrenos resultantes que colindan con la parte trasera de la vivienda, con las consecuencias que ahora son tan perceptibles. Así que una vivienda que llevaba más de medio siglo resistiendo terremotos y lluvias intensas, finalmente no ha podido resistir el mal hacer de unas obras municipales mal ejecutadas y pésimamente dirigidas.
Los hechos se remontan a las tardías obras de reparación del terremoto. Estos entornos, secularmente olvidados por los gobiernos locales, fueron de los últimos en lograr inversiones públicas para paliar las consecuencias de los terremotos de 2011; y, cuando por fin acudió a ellos la “pala municipal”, hace ahora seis o siete años, lo hizo para demoler dos viviendas ruinosas y varias oquedades en el terreno, ocasionando con ello daños en la vivienda de esta familia que ahora nos ocupa, un inmueble que, desde entonces hasta el día de hoy, empieza a ceder y a llenarse de grietas que siguen ensanchándose en la actualidad en buena parte de sus dependencias. Una casa humilde de un matrimonio de personas jubiladas, con varios hijos y nietos (alguna de ellas invidente) que no tienen más patrimonio, ni más solución habitacional, que esa casa que adquirieron con años de trabajo y esfuerzo, hace más de medio siglo, y que hoy, rodeada de casas ruinosas objeto de “ocupación” que son propiedad de unos bancos que se desentienden de ellas, podría venirse abajo en cualquier momento.
La familia que en su día presentó una reclamación de responsabilidad patrimonial al Ayuntamiento de Lorca, titular de las obras, y que ha atendido y formulado todas las aclaraciones, peticiones de subsanación instadas desde la administración local, y formalización de recursos en vía administrativa que se le han ofrecido. Una familia que, pese a las evidencias, y pese al informe de la arquitecta municipal y jefa del Servicio de Intervención Urbanística, en el que se manifiesta que los daños causados en el inmueble “podrían estar relacionados con las actuaciones municipales realizadas en aquel lugar”, no entiende que el asunto no se haya resuelto satisfactoriamente ya.
Esta familia ha logrado el apoyo del concejal de IU, Pedro Sosa, que reside relativamente cerca de la vivienda en cuestión, y que anuncia las actuaciones que sean precisas y en los ámbitos que haga falta (sin descartar los juzgados) para ayudar a sus vecinos. También se ha hecho explícito el apoyo de la Asociación de Vecinos “Rabaleros”, que esta mañana se personaba a través de una de sus representantes, Isabel Sánchez Ruiz, en la rueda de prensa realizada a las puertas de la vivienda siniestrada, y. asimismo, del cura párroco de la Iglesia de San Cristóbal -Don Regulo Cayuela- que pese a no haber podido asistir al encuentro, si ha mandado su apoyo a la familia.