Lorca

Las Coplas de Benito. Antoñita Peñuela

Antonia Peñuela Castañeda

(Lorca, Murcia, 1947 - Torrent, Valencia, 1975)

Prácticamente arrinconada en la historia de la copla por su prematura muerte. Actualmente merece ser recordada como una de las cantantes de copla más interesantes y extraordinarias de su época.

Antonia Peñuela nace en Lorca en el seno de una familia humilde. A la localidad murciana, han emigrado sus padres y varios familiares, unos años antes. La niña vive allí hasta que cumple tres años de edad. En 1950 vuelve la familia a su pueblo jienense de Torreperogil, y allí abren una carnicería en la plaza de abastos. Aquí transcurren su niñez, adolescencia y juventud. Van a vivir en la calle Sol y en la calle Doctor Barraquer.

A la familia los apodan “Los Mataores”. Su padre se llamaba Antonio, “El Mataor”, carnicero y matachín de profesión, y a su madre, Emilia, la llamaban “La Castañeda”. El matrimonio tiene cuatro hijos: Francisca, Agustín, Antonia y María. En el pueblo, a Antoñita se la conoce como “La Mataora”, herencia del mote familiar, y suele cantar a petición de la clientela de la carnicería cuando ella está despachando y en algunas reuniones y fiestas acompañando a su progenitor.

La niña se aficiona al cante desde muy joven a pesar de no haber antecedente musical en la familia, y la primera vez que actúa ante el gran público es colándose en Torreperogil, en una actuación de Juanito Maravillas. Un año más tarde, durante una actuación de La Niña de Antequera, en la localidad de Sabiote, pueblo cercano a Torreperogil, vuelve a repetir la fórmula. El público la aplaude con fervor.

En 1965, la familia emigra de nuevo, instalándose esta vez en Torrent, provincia de Valencia. Aquí comienza realmente la Peñuela su carrera artística.

Al año siguiente, y sin tener el carné de artista, obligatorio entonces para poder actuar en público de manera profesional, se presenta en el programa “Tertulia de Artistas” de Radio Popular, ganando el primer premio, en lo que era un festival benéfico organizado por esta emisora de Valencia. Paco Vila, director del programa, se convierte en su representante, pagándole quinientas pesetas de la época por actuación.

Al año siguiente, 1967, ya es conocida por los pueblos de Valencia, especialmente en Torrente. Graba entonces dos discos con la casa Sesión. Su primer y mayor gran éxito de su carrera es “La espabilá”, canción que la da a conocer por toda España y así sigue su exitosa trayectoria con muchos de sus temas.

En el barrio me critican porque soy la espabilá
Porque tengo toda la jeta de mi tía Trinidad.
Que si llevo minifalda y to' el pelo apanochao
Y me fumo cigarrillos con boquilla mentolaos,
Y me fumo cigarrillos con boquilla mentolaos.

Oh... espabilá, espabilá
Hoy me dicen lo mismo que ayer.
Espabilá, espabilá
Porque soy una niña ye-yé
Espabilá, espabilá. 

Que le importa a Faraón, si me gusta gamberrear
Y tomarme combinados sobre la barra de un bar.
Ay... si critican, que critiquen
Yo me siento muy honrá
Y me gusta que me llamen la gitana espabilá.

Pa' llevarme a un guateque un chico me fue a buscar
Pantalón acampanao y to' el pelo a lo Tarzán
Y una vecina guasona al mirar a aquel gachó
Llévatelo pa' la jaula o a casa del esquilado,
Llévatelo pa' la jaula o a casa del esquilador.

Oh... espabilá, espabilá
Hoy me dicen lo mismo que ayer
Espabilá, espabilá
Porque soy una niña ye-yé
Espabilá, espabilá.

Que le importa a Faranó, si me gusta gamberrear
Y tomarme combinados sobre la barra de un bar.
Ay... si critican, que critiquen
Yo me siento muy honrá
(¿Yo, qué pasa?)
Y me gusta que me llamen la gitana…
Ay, que la gitana... espabilá

Girbes

En estos discos se incluyen en su voz coplas, rumbas y pasodobles como la mencionada “La espabilá”, “La agradecida”, “A la vera, vera”, “Vaya un lío”, “Bebí de tus labios”, “Perla preciosa”, “Con las manos vacías” y los “Fandangos de la Peñuela”, entre otros muchos temas.

Poco a poco, su carrera sigue avanzando y profesionalmente su inicio artístico se produce en 1969 en la ciudad de Valencia, y comienza entonces a actuar con frecuencia en el Teatro Alcázar junto con Rafael Conde ‘El Titi’; en el Teatro Ruzafa, con Antonio Machín; y en el Teatro Apolo, con Angelillo. Entonces comienza sus giras por toda España con gran éxito de público. Después de Paco Vila y con el que va a ser su manager para el resto de su carrera, Emilio Lamany, firma un contrato con la casa Belter, la discográfica más importante del momento. Más tarde se dedica a grabar sus discos de estudio y actuar en televisión. En este sello va a grabar seis long plays, en los que se recoge otra de sus inmortales creaciones, el pasodoble “El hijo del ganadero”.

El hijo del ganadero
No quiso ser matador,
Y aunque el padre lo obligaba,
Al muchacho le faltaba
Valentía y corazón.

Un día en un tentadero
Se revistió de valor,
Y su capote torero
Mil filigranas bordó.

La gente aplaudía
Y el padre clamaba
Con altanería…

Olé, olé, chiquillo mío,
Rayito desprendío
Del sol de Andalucía.
¡Ole! arrímate a la fiera,
Que aquí estoy a tu vera
Para defender tu vida.

Que se calle el graderío
Y que sepa el mundo entero
Que está honrando su apellido,
El hijo del ganadero.

Olé, olé, olé, mi vida,
Rayito desprendío
Del sol de Andalucía

Mi niño es el más torero
Decía con vanidad,
Pero una tarde de toros,
En las astas de un mal toro
Se quedó el pobre chaval.

Ya tienes lo que querías,
No vayas padre a llorar
Y di con altanería
Que he muerto de una corná.

El padre lloraba,
Y el remordimiento
Le mortificaba…

Olé, olé, chiquillo mío,
Rayito desprendío
Del sol de Andalucía.
¡Ole! arrímate a la fiera,
Que aquí estoy a tu vera
Para defender tu vida.

Que se calle el graderío,
Y que sepa el mundo entero
Que está honrando su apellido,
El hijo del ganadero.

Olé, olé, olé, mi vida,
Rayito desprendío
Del sol de Andalucía...

 Segovia – San Julián

El veintitrés de mayo de 1973 contrae matrimonio con el novillero Manuel Ladrón de Guevara Dávila. Antoñita viste de oscuro por casarse en estado de buena esperanza, y siendo padrino de la boda su representante Emilio Lamany. De ese matrimonio nace, en Lorca, su primer hijo, Víctor Manuel, y en Valencia, el 7 de mayo de 1975, Eva.

Dos años después, el veintidós de mayo de 1975, cuando regresa de Madrid acompañada de su marido en un Renault 8, sufre un terrible accidente que le ocasiona la muerte a los pocos días, el cinco de junio de 1975. Lo más grave de todo es que este hecho sucede dos semanas después de haber dado a luz a su segundo hijo.

No tuvo tiempo para más. Sus hijos no seguirán sus pasos artísticos. Antoñita Peñuela fue, es y será, a pesar del paso del tiempo, un nombre que merece ser y permanecer escrito con letras de oro entre los grandes nombres de la copla.

Benito Martínez del Baño
Periodista y escritor

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