La estatua que "ya se puede visitar en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Arqueológico Municipal de Lorca" ha sido sometida a trabajos de limpieza y conservación y se ha elaborado un soporte para su correcta exposición.

La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Lorca, María Ángeles Mazuecos, ha anunciado el final de los trabajos de restauración de la talla de San Bartolomé".

Mazuecos ha informado de que "ya se puede visitar en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Arqueológico Municipal de Lorca la escultura de San Bartolomé tras los trabajos de restauración que se han llevado a cabo el talla del santo".

La edil ha explicado que "se trata de una escultura de buena factura, con una altura de 0,79 metros, realizada en bulto redondo y tallada en piedra arenisca policromada, que no conserva ni la cabeza y ni los brazos. La presencia de la cola bífida de una figura, posiblemente un dragón, diablo o diablesa, dispuesta a sus pies y el inicio de la cadena que lo sujetaba con la mano derecha parecen indicar que se trata de la figura de San Bartolomé".

Mazuecos Moreno ha detallado que "el santo viste túnica ceñida a la cintura por un cordón con marcados pliegues y amplio escote y presenta la pierna izquierda ligeramente flexionada y el pie izquierdo echado hacia atrás".

La concejala de Cultura ha especificado que "la talla presentaba graves deterioros en su estructura, faltándole la cabeza, los brazos y la policromía, por lo que para su adecuada conservación y exposición ha sido necesario una actuación que se ha centrado en trabajos de limpieza y conservación y que ha sido llevada a cabo por Engracia Molina Manzanares".

"También, para su exposición, se ha diseñado un soporte, realizado Paca Molina Manzanares, que garantiza su estabilidad y permite una correcta exposición y conservación para la que, además, se ha procedido al anclaje de la mano".

María Ángeles Mazuecos ha recordado que "la escultura, una obra anónima cuyas características estéticas y estilísticas permiten enmarcar su ejecución en la primera mitad del siglo XVI, fue hallada en la iglesia de San Patricio, en el interior del relleno de tierra bajo la escalera de la portada que abre a la calle Abad de los Arcos, durante las excavaciones arqueológicas que se hicieron con motivo de la rehabilitación de la iglesia tras los terremotos del mayo de 2011".