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Agricultura intensifica la lucha contra la cochinilla silvestre que afecta a las paleras de la Región

La Consejería ha editado folletos informativos sobre la plaga con recomendaciones para el tratamiento de pequeñas extensiones de paleras privadas en huertos y jardines Según García Lidón, es una d

La Consejería de Agricultura y Agua intensifica la lucha contra la cochinilla silvestre que afecta a las paleras de la Región de Murcia. Esta nueva plaga, que se detectó durante el verano de 2007, se ha localizado hasta la fecha en zonas de los municipios de Murcia, Molina de Segura y Librilla.

El Servicio de Sanidad Vegetal está llevando a cabo una serie de acciones para el control de la plaga y la reducción de molestias a los vecinos, tales como la localización y cartografía de los focos, el tratamiento, arranque y enterrado de las paleras afectadas, así como la investigación. En algunos casos, debido a la orografía del terreno, con fuertes pendientes y difícil acceso, se ha tenido que recurrir al arranque manual.

Las actuaciones se han realizado en zonas privadas, sobre una superficie global de unas 150 hectáreas y con un presupuesto de 400.000 euros. Hasta ahora han afectado a las pedanías de Churra, Cabezo de Torres, Monteagudo y El Esparragal. La Consejería ha editado folletos informativos sobre la plaga que incluyen recomendaciones para el tratamiento de pequeñas extensiones de paleras privadas en huertos y jardines.

La cochinilla algodonosa del género Dactylopius, conocida como cochinilla silvestre, del carmín o grana, es originaria de América Central. Según el director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, es una de las plagas emergentes que están surgiendo en España y otros territorios de la Unión Europea, “como consecuencia de la introducción de material vegetal y cosechas procedentes de terceros países sin el adecuado control fitosanitario, lo que pone en peligro a las especies vegetales implantadas y cultivadas en el territorio europeo”. La especie se encuentra en rápida expansión, ha remontado los valles del Guadalentín y del Segura y ha alcanzado el Campo de Cartagena, en las proximidades de la pedanía murciana de La Tercia.

En este sentido, García Lidón añade que “se ha pedido en reiteradas ocasiones a los responsables de la Comisión Europea que se intensifiquen los controles fitosanitarios en los Puntos de Inspección Fronteriza de la Unión Europea”.

La cochinilla silvestre se alimenta exclusivamente de cactáceas, principalmente del género Opuntia (paleras o chumberas) y no ataca a otras plantas. Clava sus estiletes bucales y chupa los líquidos del cactus. Los ataques son masivos y terminan por matar la palera. La producción de higos se pierde siempre.

Las hembras de la cochinilla no tienen alas y se refugian bajo masas algodonosas, donde pueden vivir hasta 80 días. Allí ponen sus huevos, de los que emergen ninfas rojas muy activas, las cuales generan largos filamentos que propician que puedan ser arrastradas por el viento para colonizar nuevas paleras. Una sola hembra es capaz de generar un promedio de 130 descendientes.


Molestias a los vecinos

Además de provocar la pérdida de la producción de higos de pala, los machos de esta especie, que son voladores y de muy pequeño tamaño, causan molestias a los habitantes de las viviendas de los alrededores. Los insectos son atraídos por la luz de dichas viviendas y son capaces de atravesar las mosquiteras convencionales. Estos machos mueren en masa bajo los focos de luz, dejando manchas rojas de ácido cármico en la ropa de casa, mobiliario, alfeizares, piscinas, etc.

A los individuos de esta plaga se les ha denominado popularmente como “mosquitos de las paleras”. Hay quien piensa que la mancha roja que dejan al posarse sobre la piel es sangre humana, cuando en realidad es ácido cármico. Los machos de la cochinilla silvestre no poseen ningún tipo de aguijón defensivo, como las avispas o las abejas, por lo tanto no pueden picar.


Recomendaciones

Los folletos editados por la Consejería incluyen una serie de recomendaciones. Si se trata de masas algodonosas pequeñas y dispersas, se aconseja frotarlas con un cepillo de cerdas duras y con agua jabonosa hasta eliminarlas por completo.

Si la infestación de encuentra extendida, se debe cortar toda la zona afectada y enterrarla. En ningún caso se debe arrojar a los contenedores de basura, ya que las ninfas permanecen vivas mucho tiempo y podrían llegar a otras zonas durante el transporte.

Si la plaga está demasiado extendida, ocupando masas de paleras enteras, se aconseja dar aviso a los servicios de la Consejería de Agricultura y Agua para que procedan a su correspondiente tratamiento.

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