Dentro de las actividades de promoción del patrimonio cultural de Jumilla, el Museo Municipal Jerónimo Molina, en sus dos secciones de Etnografía y Arqueología, han iniciado el mes con la presentación de las piezas del trimestre, que han sido presentadas esta mañana por los directores de ambas entidades, y por el Jefe de Cultura del Ayuntamiento de Jumilla.
Por un lado, en el Museo de Etnografía y Ciencias de la Naturaleza, se presentaba la pieza elegida, en esta ocasión de la sección de etnografía, ya que se trata de una manta utilizada antiguamente para engalanar a la caballería en los días de fiesta, como podría ser para la bendición de San Antón o de San Blas. "Se trata de una pieza donando recientemente por una familia de Jumilla, y una de las razones por las que la hemos destacado como pieza del trimestre, es porque coincide con los actos en honor a estos dos santos de invierno".
La pieza está bordada con el mismo estilo que los refajos de jumillana, como así indican los motivos y dibujos, entre los que se incluyen las iniciales de la familia dueña de la caballería que lo porta. "Es una pieza única, y de ahí la intención de significarla, porque teníamos conocimiento de estas mantas, pero en el Museo no contábamos con ninguna", apuntaba el director del Museo Cayetano Herrero.
A continuación, el director del Museo de Arqueología, Emiliano Hernández, daba a conocer la pieza del trimestre, una cantonera de funda de puñal del S.XV, hecha en bronce, que fue hallada durante las excavaciones arqueológicas de Santa María del Rabal. Según explicó Hernández, "las fundas de espadas, cuchillos o puñales, se terminaban en una pieza metálica para evitar que se rompiera la funda de cuerdo donde se enfundaba el arma blanca". Según se fechó por el Departamento Municipal de Arqueología, su antigüedad podría estar fechada incluso a mitad del S.XIV, se trata de una pieza única, y de gran valor".
"La importancia de esta cantonera, no es la pieza en sí, sino el lugar donde se encuentra, en las excavaciones de Santa María del Rabal, donde antiguamente el rito cristiano, obligaba a enterrarse en el campo santo anexo a las iglesias. Esta cantonera al ser encontrada allí, nos está diciendo que el personaje se enterró con su daga, y que tu tumba fue saqueada, una práctica muy habitual de la época", concluía el director del Museo, Emiliano Hernández.