Los socialistas de París recibieron el pasado sábado a quien fuera Presidente de la Generalitat Valenciana y líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig; y a Isabel Báez, candidata del PSOE a las elecciones europeas y líder de los socialistas en Europa.
En un acto multitudinario con el dirigente murciano Pedro Iniesta, Secretario General del PSOE en París, defendieron el proyecto europeísta de los socialdemócratas en estas elecciones europeas.
Isabel Báez puso en valor el programa electoral del PSOE y evidenció la falta de ideas y propuestas contenidas en las exiguas páginas que glosan los programas electorales de PP y Vox. Además, constató la fuerza e ilusión presentes en el conjunto de la organización que lidera en Europa.
Por su parte, Pedro Iniesta reivindicó la necesidad de nuevas directivas que rompan con la brecha salarial entre hombres y mujeres, y denunció la pobreza laboral que siguen acusando muchos trabajadores europeos. “El trabajador no puede ser esclavo de su necesidad, sino dueño de sus oportunidades”, señaló.
Además, Iniesta se mostró orgulloso de Pedro Sánchez y de España por el paso adelante en el reconocimiento del Estado de Palestina. “El pueblo palestino está en medio del fuego cruzado entre los terroristas y quienes, desde un gobierno, cometen crímenes contra la humanidad. Cuando reivindicamos paz, democracia y libertad no lo hacemos únicamente para nuestro país, sino para todos los pueblos del mundo”, apuntó con vehemencia Iniesta.
En su intervención, Ximo Puig, que participó en el acto como Ex líder del PSPV-PSOE, planteó una defensa firme del proyecto europeo y de los grandes valores que inspiran el alma colectiva de Europa. Puig reivindicó un escenario político inspirado por “la razón, la crítica, los valores de la ilustración y, en definitiva, de Europa”.
Puig evocó además a grandes figuras, como Jean Jaurès, para mostrar que la política no está poblada de verdades absolutas, y que es a través de la cooperación y del diálogo como se consigue que los pueblos avancen. Afirmó que “nadie debe quedar al margen de la sociedad”, y apostó por la esperanza como el gran motor del progreso social.