El 77% de los profesionales identifica la ansiedad como el principal problema en consulta y más del 90% prevé que la demanda de terapia seguirá creciendo en 2026
La motivación para el cambio suele aumentar en enero, aunque la presencia de objetivos poco realistas y elevados niveles de autoexigencia favorecen la aparición de frustración cuando los propósitos no se sostienen en el tiempo
Relaciones, presión económica y soledad emergen como las principales fuentes de preocupación emocional de cara a 2026, mientras la demanda de apoyo psicológico sigue en aumento
El inicio del año continúa siendo un momento clave para la salud mental, aunque no siempre desde el bienestar. Así lo refleja un estudio realizado por Unobravo, el servicio de psicología online líder en Europa, que señala la ansiedad, las dificultades relacionales y el estrés emocional como las principales dificultades que motivan la consulta en 2025.
En concreto, el 77% de los psicólogos identifica la ansiedad como la dificultad más frecuente en consulta. Le siguen las dificultades en las relaciones personales (49%) y el estrés y la sobrecarga emocional (44%). También destacan las dificultades relacionadas con la autoestima (37%) y las dificultades de regulación emocional (34%), mientras que la soledad (11%), los problemas laborales (14%) o los trastornos de la conducta alimentaria (4%) aparecen con menor incidencia.
Más demanda de terapia, pero un malestar que se mantiene en el tiempo
El estudio confirma que el 91% de los psicólogos ha percibido un aumento de la demanda de apoyo psicológico en 2025, ya sea de forma notable (53%) o leve (38%). Solo un 9% afirma no haber detectado cambios.
Sin embargo, al comparar con 2024, el 48% considera que las dificultades emocionales se han mantenido estables, mientras que el 36% cree que han aumentado y solo el 15% percibe una disminución, lo que apunta a un malestar psicológico sostenido más que a un repunte puntual.
Enero impulsa la decisión de empezar terapia, pero no siempre el proceso
El inicio del año actúa como detonante para buscar ayuda profesional. El 66% de los psicólogos afirma que los pacientes suelen mostrar una motivación inicial más alta en enero, ya sea moderadamente (57%) o mucho más alta (9%). No obstante, esta motivación inicial no siempre se mantiene en el tiempo. Para el 64% de los profesionales, la motivación tiende a reducirse gradualmente tras las primeras semanas, y para otro 13% cae rápidamente. Solo un 4% considera que se mantiene constante.
Objetivos poco realistas y frustración emocional
Una de las conclusiones más claras del estudio es la escasa viabilidad de los propósitos de Año Nuevo. El 59% de los psicólogos considera que los objetivos que se fijan los pacientes son poco realistas.
Esta desconexión entre expectativas y realidad puede favorecer la aparición de frustración emocional: el 75% de los profesionales observa frustración cuando los pacientes no consiguen mantener los propósitos de enero, ya sea intensa (27%) o moderada (47%).
Las áreas en las que se observa mayor frustración cuando los objetivos no se cumplen están principalmente relacionadas con los cambios en el estilo de vida (66%) y el cuidado personal junto con las rutinas diarias (60%), que concentran la mayor parte de las dificultades señaladas por los encuestados.
Presión por mejorar y relaciones, los grandes focos de malestar
Aunque no todos los pacientes verbalizan una presión intensa, el 54 % de los psicólogos detecta una sensación de presión por “tener que mejorar” al inicio del año, ya sea muy a menudo (12%) o bastante (42%).
En cuanto a los motivos más frecuentes para iniciar terapia en enero, las dificultades en las relaciones personales lideran las consultas (42%), seguidas por la gestión del estrés y la ansiedad (31%), la mejora de la regulación emocional (27%) y el cambio de hábitos (31%). Solo un 5% de los pacientes inicia terapia sin vincularlo a ningún propósito concreto.
Francisco Rivera, Manager Clínico de Unobravo en España
, asegura:
“Enero suele activar el deseo de cambio, pero también puede intensificar la autoexigencia. Muchas personas llegan a terapia con objetivos poco realistas y una presión por mejorar rápidamente, lo que puede favorecer la aparición de frustración cuando el malestar no disminuye en las primeras semanas. Los datos sugieren que el reto no es motivar el inicio, sino transformar ese impulso inicial en un proceso de cuidado emocional más sostenible, especialmente en áreas como las relaciones y la gestión de la ansiedad.”
Qué preocupa de cara a 2026
De cara al próximo año, los psicólogos anticipan un aumento de la presión en ámbitos muy concretos. Las dificultades relacionales (47%) encabezan las preocupaciones, seguidas de la presión económica (42%), la soledad y el aislamiento (36%), el estrés emocional (34%) y las dificultades para establecer límites personales (30%).
En este contexto, el 91% de los profesionales cree que la demanda de terapia aumentará en 2026, principalmente de forma moderada (81%), lo que apunta a la consolidación de la terapia como un recurso cada vez más estructural.
Del propósito puntual al acompañamiento continuo
Los datos dibujan un patrón claro: enero facilita el paso de empezar terapia, pero también puede generar expectativas poco realistas. Para los profesionales, el reto no es activar la motivación inicial, sino transformar los propósitos en procesos sostenibles, alejados de la autoexigencia y centrados en el cuidado emocional a largo plazo.