Por Susan Villa.
A lo largo de más de dos décadas de trayectoria, Óscar Navarro se ha consolidado como una de las voces más reconocibles y personales del panorama musical contemporáneo, con un lenguaje propio que transita con naturalidad entre la música sinfónica, el ámbito audiovisual y la escena concertística internacional. Su obra, interpretada en algunos de los auditorios y teatros más emblemáticos del mundo —como el Carnegie Hall, La Scala o el Auditorio Nacional—, se distingue por una profunda carga emocional y una clara vocación narrativa, donde la música no solo suena, sino que cuenta historias y busca una conexión directa con el oyente. Lejos de fórmulas prefijadas, Navarro entiende la composición como un proceso vital, en el que la identidad artística se construye de manera progresiva, a partir de la honestidad creativa y la necesidad de comunicar desde lo más íntimo.
En esta entrevista, el compositor reflexiona sobre la importancia de la emoción como motor y destino de su proceso creativo, sobre la responsabilidad de afrontar obras de carácter institucional y sobre proyectos especialmente significativos dentro de su carrera, como "Donde habitan los sueños", una propuesta que aúna música, imagen y comunidad desde una mirada profundamente humana. Además, repasa el momento actual que atraviesa, marcado por la celebración de su XX aniversario como compositor con una extensa gira internacional y una intensa actividad sinfónica y audiovisual. Una conversación que permite adentrarse no solo en el oficio y la trayectoria de Óscar Navarro, sino también en la sensibilidad y el compromiso artístico de un creador que concibe la música como un lenguaje directo de emoción, memoria y encuentro.
1-A lo largo de su carrera ha combinado la música sinfónica, el cine y la escena concertística internacional. ¿Cuándo sintió que había encontrado una voz propia como compositor?
Creo sinceramente que la voz propia no aparece de golpe, sino que se va revelando poco a poco. Hubo un momento en el que dejé de preguntarme cómo debía sonar mi música y empecé a escribir simplemente lo que sentía, sin filtros. Ahí entendí que mi identidad estaba ligada a la emoción, a la narración y a una manera muy directa de comunicar con el público.
2-Su obra se caracteriza por una fuerte carga emocional. ¿Qué papel ocupa la emoción en su proceso creativo?
La emoción es el punto de partida y también el destino. No concibo la música como un ejercicio intelectual o técnico aislado, sino como un lenguaje para transmitir sentimientos. Cuando compongo, busco conectar conmigo mismo y, a través de la música, con quien la escucha. Si no hay emoción y conexión con el oyente, siento que la obra se queda incompleta.
3-Su música se ha interpretado en escenarios como el Carnegie Hall, La Scala o el Auditorio Nacional. ¿Qué significado tienen estos espacios para usted como compositor?
Son espacios cargados de historia y de una energía muy especial. Saber que mi música ha sonado allí es profundamente emocionante y un gran honor. Más allá del prestigio, lo que más me impresiona es pensar que mis obras han formado parte, aunque sea por un instante, de la vida musical de lugares tan emblemáticos.
4- "Donde habitan los sueños" es un proyecto muy vinculado a la comunidad y al espíritu navideño. ¿Qué significado tiene esta obra dentro de su trayectoria artística?
Es un proyecto muy especial para mí, quizá uno de los más personales. Une música, imagen, emoción y comunidad. No solo habla de la Navidad, sino de la ilusión, la infancia y la capacidad de creer y soñar. Supone un paso importante en mi trayectoria porque refleja muy bien quién soy ahora, tanto a nivel artístico como humano.
5-En "Donde habitan los sueños", la música sostiene el desarrollo narrativo del videoclip. ¿Cómo abordó la composición de esta obra desde el punto de vista creativo?
Desde el primer momento tuve claro que la música debía contar la historia prácticamente por sí sola. Cada tema, cada transición, está pensada para acompañar emocionalmente al espectador. Trabajé la obra casi como si fuera una pequeña película sin diálogos, donde la música guía la narrativa y refuerza cada momento clave.
6- Ha compuesto recientemente la Música Conmemorativa del X Aniversario de la Proclamación de Su Majestad el Rey Felipe VI. ¿Cómo afrontó la responsabilidad de una obra de carácter institucional?
Con mucha ilusión, respeto y sentido de la responsabilidad. En una obra institucional es importante encontrar el equilibrio entre solemnidad, cercanía y emoción. Mi objetivo fue crear una música que representara ese momento histórico, pero que al mismo tiempo fuera sincera y humana, fiel a mi lenguaje como compositor.
Además, coincidió con una época, especialmente bonita de mi vida, como fue el nacimiento de mi primera hija Sheila.
7- Para finalizar, ¿en qué proyectos se encuentra trabajando actualmente?
Actualmente estoy inmerso en una gira internacional para celebrar mi XX aniversario como compositor, con más de 20 conciertos como director/compositor invitado en países como Francia, Italia, España, Luxemburgo, Alemania, Estados Unidos, Lituania y Letonia, entre otros.
Además, celebraré también este XX aniversario junto a mi orquesta sinfónica, la Oscar Navarro Symphony Orchestra, con una serie de conciertos muy especiales en España, destacando espacios como el Teatro Monumental de Madrid, el Auditorio de la Diputación de Alicante o el Auditorio Posada de la Cultura (Noblejas, Toledo) entre otros.
Todo ello se compagina también con varios proyectos para el ámbito audiovisual, un terreno en el que sigo explorando y creando con mucha ilusión.