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Jornadas andaluzas: el duelo y sus manifestaciones. recursos para superación

"la última etapa no es la aceptación, es la gratitud"

"Cuando vivimos una situación de duelo traumático las palabras son insuficientes. Pero tenemos gestos y lenguajes alternativos como el de las lágrimas, los abrazos o las caricias" Francesc Torralba, Doctor en Filosofía y Teología

"El duelo migratorio no es aislado y casi siempre va acompañado de una mochila de experiencias traumáticas y llenas de incertidumbres" Pilar Romera, psicóloga en CEAR Andalucía Occidental

El duelo y sus manifestaciones. Cómo afrontar una pérdida y aliviar el dolor. Ballesol en colaboración con la Asociación Diana organizó el pasado 21 de Noviembre en la Fundación Caja Rural de Sevilla, una Jornada dedicada a ofrecer estrategias y herramientas que ayuden a afrontar y acompañar el duelo y sobrellevar una pérdida: personal, material, psicológica o física.

La conferencia magistral "No hay palabras. Asumir la muerte de un ser querido" fue impartida por Francesc Torralba, Doctor en Filosofía y Teología con el título . Una revisión profunda y en primera persona de su propia experiencia que compartió con los más de 200 asistentes a la Jornada. "El primer aprendizaje que una persona debe de hacer es el carácter efímero y completamente volátil de lo que representa el tesoro de existir". Por eso, continúo en su explicación, "lo más relevante no es el tiempo que a uno le ha sido dado, sino lo que hace uno con ese tiempo. Y en la medida que genera belleza, bien, unidad a su alrededor, sentimos gratitud por esa persona aunque muriera muy joven o en una etapa de su vida donde todavía podría haber dado mucho. Por eso la última etapa no es la aceptación, es la gratitud".

En este contexto, residencias como Ballesol, son espacios tangibles para el tránsito y acompañamiento social y emocional en las primeras fases del duelo. "Cuando vivimos una situación de duelo traumático las palabras son insuficientes. No sabemos qué decir, expresar ese vacío. Pero tenemos gestos y lenguajes alternativos como el de las lágrimas, los abrazos o las caricias". Mucho más que un gesto o una demostración que en opinión de Torralba "crea proximidad y en personas que están en una residencia y que experimentan el duelo es clave esta expresión de afecto y estima porque ya tiene la sensación de no estar solo en el mundo" Y eso cuenta mucho, comenzó con su última reflexión a todos los asistentes: " A veces no somos suficientemente explícitos por temor, pudor, vergüenza, por lo que fuere. Por ello tenemos que ser más explícitos de expresar esta proximidad a alguien que sufre la muerte de un ser querido", concluyó.

Incertidumbres

En la primera mesa redonda de la jornada se abordó los muchos factores que intervienen en el tipo de duelo, las circunstancias, la relación, los antecedentes o el contexto sociofamiliar. Con el testimonio "La vida tras una lesión medular" Luis del Castillo quiso transmitir a los participantes de la Jornada las consecuencias vitales de un accidente, una caída desafortunada, que le dejó tetrapléjico. "La vida sigue, respiras, y si crees que en tí, ninguna desgracia podrá contigo. Mi lema es: si crees lo creas" Por eso reconoció que intenta "crear en movilidad, en dependencia, pero nunca en esta lesión que tengo aquí". En referencia al proceso de rehabilitación que le lleva a gestionar la esperanza, confianza y paciencia.

La visión del duelo desde la perspectiva de una persona que pierde su familia y entorno social por los desplazamientos forzados la expuso Pilar Romera, psicóloga en CEAR Andalucía Occidental en su ponencia " El síndrome de Ulises" Los migrantes forzados presentan situaciones complejas que conllevan hasta el duelo migratorio. "Que hace referencia a todas las reacciones emocionales que se producen ante el cambio de vida que sufren las personas que por diferentes motivos se ven obligadas a dejarlo todo atrás". En el duelo migratorio la pérdida engloba muchas dimensiones. "Algunas permanentes pero otras pueden ser temporales", se explica. "Esas dimensiones pueden ir desde la familia, pérdidas personales, idiomáticas, materiales, contexto cultural…el duelo migratorio no es aislado y casi siempre va acompañado de una mochila de experiencias traumáticas y llenas de incertidumbres". Situaciones que clásicamente identificamos en los denominados siete duelos que sufren estas personas desplazadas.

Acompañamiento

En esta línea, Natalia Perea, coordinadora de Psicología Ballesol puso en valor el trabajo diario que se hace desde las residencias de esta compañía, "acompañando a los residentes, haciendo realidad el duelo, validando emociones, ofreciendo actividades y talleres que puedan ser estimulantes y beneficiosos para todos ellos. Consiguiendo cubrir esa ausencia que deja en el residente". En general, la terapia individual ayuda a trabajar la aceptación y la reorganización de la vida sin la persona perdida, "mientras que la terapia grupal proporciona sostén, validación y conexión con otros que atraviesan procesos similares", subrayó en su intervención.

La reflexión de Amelia Lerma, doctora en Antropología y enfermera, introdujo su exposición sobre el trabajo que realiza la Asociación Diana. "Las teorías a veces no sirven a la gente para aceptar su duelo. Lo que le ayuda es encontrar a una persona que cuente cómo hoy es feliz después de haber tenido esas pérdidas tan importantes", añadiendo que "lo que necesitamos es llegar a un sitio donde poder compartir el dolor que tenemos. Hay más aislamiento social que soledad no deseada".

Como reflexión final a la Jornada " El duelo y sus manifestaciones. Recursos para superación" los ponentes coincidieron que la forma de experimentar el duelo es diferente y variable según diferentes grupos. Recordando que "el duelo no termina en la pérdida".

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