Catalina Hoffmann, especialista en estimulación cognitiva, experta en entrenamiento cerebral y creadora del Método Neurofitness y terapeuta ocupacional con más de 24 años de trayectoria, reivindica en el podcast de Somos Fanes la importancia de entender y entrenar el cerebro a lo largo de toda la vida.
Para Hoffmann, el cerebro “puede mejorar siempre gracias a su capacidad de adaptación”, y destaca que la clave es estimularlo del modo adecuado: “Hay que entrenar al cerebro: es vago pero obediente. Si le das las herramientas apropiadas, puede evolucionar siempre. Somos los arquitectos de nuestro propio cerebro”.
La experta desmonta uno de los grandes mitos de la neurociencia cotidiana: “Antes atribuíamos la neuroplasticidad solo a los niños. A partir de los 100 años baja un poco, pero antes no es que no puedas, es que no quieres”. Bajo esta premisa, insiste en la necesidad de mantener el cerebro activo, salir de la zona de confort y evitar caer en automatismos: “El multitasking no es eficiente. Hay que hacer una cosa tras otra, focalizar y trabajar el foco de atención. Automatizar en exceso nos desconecta de nuestros propios actos”.
Hoffmann también alerta sobre el impacto de la tecnología y la inteligencia artificial en los más jóvenes, especialmente por su capacidad para fomentar la inmediatez: “Me preocupa profundamente. Lo quieren todo de inmediato y estas herramientas no deben ser un sustituto. Debemos educar en el uso consciente”.
Desde una visión más holística, la especialista recuerda que el bienestar integral implica atender el “estado basal”: “El bienestar no es solo físico o mental, sino aprender a escucharte y reconocer qué necesitas hoy para sentirte mejor”. Según señala, ese ejercicio de autoconciencia —“mirarte el ombligo y entender que poquito a poco puedes hacer que todo cambie”— es fundamental para construir un bienestar duradero.
Además, Hoffmann comparte los tres hábitos fundamentales que aplica en su vida para mantener el cerebro en equilibrio: la respiración consciente, ya que asegura que es “la única manera de llevarte al momento presente”; el ejercicio diario, aunque sea una actividad breve y la meditación, un ritual de 5 o 6 minutos que ella define como “silencio neuronal”, un espacio que ayuda a reconocer cómo te sientes en tu día.