La colaboración con el programa Erasmus+ y la llegada de Dorka Bene refuerzan la dimensión internacional del colegio, preparando a los alumnos para un mundo cada vez más conectado.
A sus 26 años, Dorka Bene ha dejado Budapest para vivir una experiencia única en Cumbres School, gracias al programa Erasmus+. Su estancia en la escuela le permite aportar su formación en educación especial y, al mismo tiempo, conocer un modelo educativo destacado por su formación integral.
Dorka apoya a los profesores y realiza observaciones en el aula, especialmente con alumnos con necesidades educativas específicas.
La joven destaca el enfoque del colegio, que va más allá del aprendizaje académico: “Lo que he observado aquí es que se hace hincapié en la formación del carácter, el crecimiento personal y la espiritualidad”, y añade: “Estoy muy agradecida por esta oportunidad; lo que he experimentado es muy valioso para mí y me gustaría incorporarlo a mi trabajo futuro”.
Para los alumnos, la presencia de Dorka y de programas internacionales como Erasmus+ supone una oportunidad de abrirse al mundo desde temprana edad, desarrollar habilidades interculturales, mejorar la competencia lingüística y fomentar valores como la empatía, la autonomía y el trabajo en equipo.
Mar de la Torre, coordinadora de idiomas de Infantil y Primaria, resalta que “la educación internacional es un pilar fundamental en Cumbres. Desde los primeros años, los alumnos están inmersos en un entorno bilingüe que les prepara para desenvolverse en un mundo globalizado”.
Cumbres School también promueve otros proyectos internacionales, como New Worldwide Ventures, que permiten la colaboración con voluntarios nativos de distintas partes del mundo y acercan a los alumnos a nuevas realidades lingüísticas y culturales.
La experiencia de Dorka Bene es un ejemplo del compromiso con la internacionalización y la formación integral de los alumnos, fortaleciendo valores humanos y académicos que los preparan para un futuro en un mundo cada vez más conectado.