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"“Me cuesta aceptar mi cuerpo desde que empecé a engordar"

"No me reconozco. No me gusto y me siento incómoda, lenta, pesada, poco ágil para hacer las actividades que hacía antes…”

Cambios físicos durante la menopausia

La última investigación de DOMMA revela que tres de cada cuatro mujeres de +45 años está preocupada por la acumulación de grasa abdominal

El cansancio y la falta de energía afecta hasta a dos tercios de las entrevistadas

Una de cada dos mujeres afirma que se siente más hinchada y que tiene dificultades para perder peso durante la menopausia

“Me cuesta aceptar mi cuerpo desde que empecé a engordar. No me reconozco. No me gusto y me siento incómoda. Me siento lenta, pesada, poco ágil para hacer las actividades que hacía antes…”. “Siento que me cuesta mucho todo, es como si llevara una mochila muy pesada encima todo el día. También siento que todo me hincha”. “Me cuesta aceptar los cambios que he experimentado en estos últimos años: sequedad, flacidez, me veo fatal y ‘vieja’ ante el espejo”. “Me siento atrapada en un cuerpo que no me sigue el ritmo y me preocupa que vaya a peor dentro de unos años”. “Estoy resignada a estar gorda y barrigona y me avergüenza un poco estar tan hinchada y con poca energía”. ‘Me veo gordísima y con acumulación de grasa en la zona abdominal y baja espalda y sensación de peso, fatigada e inflamada’.

Estos son algunos de los testimonios recogidos por DOMMA, la empresa referente en investigación, acompañamiento y tratamiento de la menopausia, en la primera encuesta sobre cambios físicos, deporte e imagen corporal durante esta etapa. La encuesta revela la fuerte preocupación por el envejecimiento, la pérdida de la capacidad física y los cambios en la figura de las mujeres cuando llegan al climaterio. “En el estudio vemos que muchas españolas tienen problemas para aceptar los cambios corporales, el envejecimiento, la flacidez, el aumento de peso…”, apunta Mireia Roca, cofundadora de DOMMA.

En concreto, el estudio ha revelado que alrededor de tres de cada cuatro mujeres de +45 años (73% de las entrevistadas) padece una mayor acumulación de grasa abdominal con la llegada de la menopausia. El segundo cambio más común es el cansancio y la falta de energía, que afecta a prácticamente dos tercios de las entrevistadas (63%).

En tercer lugar, una de cada dos mujeres (50%) afirma que se siente más hinchada y que tiene dificultades para perder peso durante esta etapa. A continuación, las mujeres refieren que con la llegada de la menopausia sienten que han perdido fuerza o músculo (44%); que han visto como se han alterado algunos marcadores de salud -colesterol, glucosa, tensión…- (25%); y, por último, que padecen pérdida ósea -osteopenia u osteoporosis- (14%). “Son más las mujeres que están preocupadas por los cambios en la figura. Esto nos indica que la preocupación estética supera muchas veces a la preocupación por la salud”, añade Roca.

Estos problemas físicos vinculados al climaterio ocurren tanto en mujeres que realizan ejercicio (67%) como en las que llevan una vida sedentaria. Así lo revelan algunos testimonios: “No reconozco mi cuerpo, he subido mucho de peso y no logro bajar. Cuido la alimentación, hago ejercicio, pero no consigo bajar nada. Me miro al espejo y no reconozco a la persona que se ve reflejada”. “Me cuido más que nunca y hago ejercicio de fuerza regularmente y no bajo ni un gramo”. “Hago ejercicio y me cuido, pero la barriguita está ahí”.

No obstante, el estudio de DOMMA también ha recogido algunos testimonios positivos sobre la menopausia por parte de mujeres que han cambiado radicalmente su estilo de vida para sentirse mejor durante la menopausia: “Por ejemplo, una mujer nos decía: ‘Apenas empecé con síntomas de perimenopausia comencé a hacer entrenamiento de fuerza y a cuidar mucho mi alimentación y la verdad es que me siento más sana y fuerte que nunca.’” destaca Cristina Martínez, cofundadora de DOMMA.

En este sentido, Raquel Clapés, nutricionista experta en menopausia de DOMMA, hace hincapié en la importancia de seguir una alimentación saludable, hacer deporte de fuerza de forma regular y seguir un tratamiento adecuado para minimizar los cambios corporales y mantenerse en forma.

En cuanto a la alimentación, Clapés recomienda prestar especial atención al impacto glucémico de las comidas. Para favorecer un mejor control de la glucosa y evitar picos elevados —que dificultan la gestión del peso y reducen la saciedad— es clave evitar los carbohidratos refinados y procurar que los platos estén siempre acompañados de una buena cantidad de verduras ricas en fibra. Por ejemplo, en lugar de consumir solo arroz, es preferible preparar un arroz con verduras, o acompañar cualquier fuente de carbohidratos con vegetales para reducir su carga glucémica. También se aconseja priorizar cereales integrales, legumbres o patata cocida como fuente principal de hidratos de carbono, así como incluir proteínas en cada comida. Las frutas enteras, con piel siempre que sea posible, también pueden formar parte de una alimentación equilibrada, aportando fibra y micronutrientes.

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