Empresa

La revolución STEM en las escuelas de negocios: así están cambiando los MBA y otros programas de formación directiva

Hasta hace poco, las escuelas de negocios centraban su oferta formativa en disciplinas tradicionales como finanzas, liderazgo, estrategia o marketing. Sin embargo, la transformación del mercado laboral y el avance de la tecnología han cambiado las necesidades reales de las empresas. Hoy se demanda una formación más completa, que prepare a los profesionales para tomar decisiones basadas en datos, liderar equipos técnicos y comprender el impacto real de la inteligencia artificial, la automatización o la ciberseguridad. Ante este nuevo contexto, muchas instituciones han respondido incorporando formación STEM en sus programas MBA y otros másteres de formación directiva.

Según la consultora Korn Ferry, el 68 % de los CEO europeos identifica la falta de profesionales con doble perfil —negocio y tecnología— como uno de los principales frenos al crecimiento de sus empresas.

Qué significa STEM en el contexto empresarial

STEM son las siglas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. En el entorno empresarial, estas áreas están dejando de ser exclusivas del departamento técnico. Hoy se espera que cualquier directivo entienda cómo se procesan los datos de su compañía, qué significa usar algoritmos para mejorar procesos o cómo se evalúa el impacto de la digitalización en los resultados. Por eso, los programas de formación de dirección y gestión empresarial están añadiendo contenidos como el análisis de datos, estadística aplicada, fundamentos de inteligencia artificial, blockchain o gestión de la transformación digital.

Diversos docentes de las mejores escuelas de negocios del mundo coinciden en explicar que se trata de formar líderes “bilingües” en código y estrategia, capaces de conversar tanto con ingenieros como con inversores.

Una demanda laboral que redefine la formación directiva

Más del 70 % de los empleos de alta cualificación en los próximos años requerirán habilidades tecnológicas. Esto incluye desde entender conceptos de inteligencia artificial hasta saber trabajar con herramientas de analítica como Power BI o Tableau. La figura del directivo híbrido —con visión estratégica y formación técnica— es cada vez más demandada en sectores como la energía, la salud, la banca o el retail.

Además, las propias escuelas de negocios compiten en rankings internacionales donde ya no basta con ofrecer contenidos clásicos. Innovar en el contenido del programa es clave para atraer a un abanico de perfiles más preparados. Esta transformación también responde a un contexto global en el que la formación STEM adquiere cada vez más un mayor valor. Según informa la Oficina de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard, los estudiantes que cursan un MBA reconocido como programa STEM en Estados Unidos pueden acogerse a una extensión de 24 meses sobre el permiso de trabajo post-estudios (OPT), sumando hasta 36 meses de autorización laboral tras la graduación. Este incentivo ha incrementado notablemente el atractivo de estos programas entre profesionales internacionales.

Escuelas de negocios que ya integran tecnología y negocio

En España, varias escuelas de negocios ya están aplicando esta tendencia. IE Business School ofrece un Tech MBA diseñado específicamente para perfiles con experiencia en sectores tecnológicos. ESADE ha incorporado especializaciones en Business Analytics dentro de su MBA. IEBS (Innovation & Entrepreneurship Business School) apuesta por másteres online orientados a Digital Business, big data y automatización. También Deusto Business School ha incluido contenidos de transformación digital en varios de sus programas ejecutivos.

A nivel internacional, Harvard Business School ha desarrollado junto a su facultad de ingeniería un doble programa que combina gestión y ciencias aplicadas, el MS/MBA in Engineering Sciences, pensado para formar fundadores de empresas deep-tech.

Contenidos técnicos con aplicación directa

Los contenidos técnicos que se enseñan no buscan convertir al alumno en programador, pero sí darle las herramientas para tomar decisiones con una base tecnológica sólida. Es habitual encontrar análisis de datos y visualización con herramientas como Excel avanzado, Power BI o Tableau; introducción a la programación en Python aplicada al análisis financiero; fundamentos de inteligencia artificial y automatización; metodologías ágiles y ciberseguridad para directivos.

Algunos programas incluyen estadística bayesiana, machine learning o proyectos prácticos con bases de datos reales de diferentes empresas colaboradoras.

Ventajas profesionales del perfil híbrido

Esta combinación de visión de negocio y tecnología mejora significativamente la empleabilidad y el crecimiento profesional. El perfil profesional que domina ambas áreas puede acceder a puestos directivos en empresas de sectores en expansión como fintech, logística avanzada, salud digital o estrategia basada en datos. También el profesional de la empresa formado en negocios y tecnología mejora las habilidades de comunicación con equipos técnicos y gana confianza y mayor seguridad para liderar procesos de innovación a todo nivel de una empresa.

En Estados Unidos, el salario medio anuel de salida de los graduados MBAs con orientación STEM supera los 155.000 dólares, según datos de universidades como Columbia y MIT.

Cómo identificar una formación directiva con perfil tecnológico

A la hora de elegir un programa en una escuela de negocios con orientación tecnológica, conviene analizar con detalle el plan de estudios. Es importante que combine materias de gestión empresarial con contenidos técnicos y prácticos actuales —desde analítica de datos hasta fundamentos de inteligencia artificial o automatización—. También es recomendable que el profesorado reúna experiencia tanto en el ámbito académico como en el profesional, preferiblemente con perfiles mixtos: ingenieros, emprendedores tecnológicos o directivos con experiencia y trayectoria internacional.

La metodología debe ser práctica y aplicada. Es un buen indicio que el programa incluya análisis de casos reales, proyectos con datos actuales y colaboración con empresas del sector. La presencia de mentorías individuales, la posibilidad de personalizar el itinerario formativo y la flexibilidad en el formato (presencial, online o híbrido) también son factores que marcan la diferencia a la hora de tomar una decisión de formación.

Otro punto a tener en cuenta es el impacto profesional del programa. Conviene revisar los datos que ofrece la escuela de negocios sobre la empleabilidad de los graduados, especialmente en áreas como consultoría tecnológica, venture capital, transformación digital o innovación corporativa.

Errores frecuentes al buscar formación tecnológica

Un error habitual es pensar que se necesita una carrera técnica para acceder a este tipo de programas. De hecho, muchos están diseñados para perfiles de empresa que buscan adquirir competencias digitales desde una base generalista. Las escuelas suelen ofrecer itinerarios que se adaptan a diferentes niveles de experiencia, lo que permite una incorporación progresiva al contenido más técnico.

También es frecuente dejarse llevar por el atractivo de etiquetas como “digital”, “smart” o “data-driven” sin analizar en profundidad el contenido académico. No todos los programas que utilizan estos términos imparten una formación técnica real aplicada al mundo de los negocios. Por eso, es fundamental revisar los módulos específicos, el tipo de herramientas utilizadas y el perfil del profesorado antes de tomar una decisión.

Formarse hoy para liderar con éxito mañana

Todo hace indicar que la formación en negocios y la tecnología deben ir cada vez más de la mano. Las escuelas de negocios son conscientes de ello, y quienes apuestan por programas que combinan visión estratégica con competencias STEM están fortaleciendo significativamente su perfil profesional. En un entorno en el que los datos, los algoritmos y los procesos automatizados influyen en casi todas las decisiones estratégicas, comprender el lenguaje de la tecnología no es solo una ventaja competitiva, sino una habilidad clave para ejercer un liderazgo transformador eficaz y adaptado a los desafíos actuales.

Como resume un docente del IE, la revolución STEM en los programas de formación directiva no es un simple ajuste curricular, sino una respuesta firme a un mundo donde el algoritmo y la cuenta de resultados van de la mano para impactar de forma positiva en la competitividad de una empresa.

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