La gastronomía segoviana ha dejado de necesitar presentaciones. Su historia, su arraigo y la calidad de sus productos agrícolas y ganaderos hablan por sí solos. Situada en el centro de la Península, Segovia es tierra de clima riguroso, donde la cocina tradicional nació como respuesta al frío: contundente, sabrosa y auténtica.

En este escenario, los restaurantes no solo conservan recetas centenarias, sino que las renuevan sin perder su esencia. El municipio de Pedraza, con su patrimonio medieval intacto, acoge propuestas como La Olma de Pedraza, un restaurante tradicional en Pedraza que celebra la cocina castellana en cada plato.

Un homenaje a los sabores de siempre

Ubicado en la Plaza del Álamo, antigua Plaza del Ganado de Pedraza, La Olma de Pedraza ocupa una casa tradicional de dos plantas con comedores amplios y terrazas versátiles. En su carta destaca una cuidada selección de platos elaborados con ingredientes de cercanía, muchos de ellos con distintivo de calidad reconocida.

Entre sus especialidades figuran el cordero lechal con IGP (Indicación Geográfica Protegida) y el cochinillo lechal, dos emblemas de la cocina segoviana que se preparan de manera artesanal, respetando tiempos, técnicas y producto.

Además, el restaurante ofrece una propuesta variada con platos como judiones de La Granja, sopa castellana con jamón serrano, morcilla de Cantimpalos, chuletillas de lechal, carrilleras ibéricas a la pi-bil, lubina escabechada, hojaldre de solomillo con foie, y ensaladas de escabeche de gallo de corral.

La oferta de entrantes es igualmente rica: croquetas de jamón o setas, carpacho de atún rojo o de tomate ecológico, y patatas confitadas con confit de pato y huevos a baja temperatura.

Gastronomía y entorno para celebrar

Además de su propuesta culinaria, La Olma de Pedraza se posiciona como un espacio versátil para celebraciones. Cuenta con terrazas interiores y exteriores, así como salones privados ideales para eventos familiares, bodas, comuniones o reuniones de empresas. Esta apuesta por la personalización se acompaña de un entorno medieval único, ideal para combinar turismo y gastronomía.

Con una filosofía basada en productos de proximidad, desde el pan hasta las carnes de productores locales, este restaurante tradicional en Pedraza continúa consolidando su propuesta sin artificios: autenticidad, calidad y respeto por los sabores de siempre.