Hay magnitudes que, en sí mismas, definen la ambición de una compañía, el tamaño de un proyecto e incluso su trayectoria de éxito. Hace apenas unos días, HATTA Energy destacaba su contribución con más de 100 millones de euros al erario público en concepto de IVA el último trimestre de 2024.
El operador de hidrocarburos, alto y claro, se pronunciaba públicamente en un momento en el que por diversas circunstancias el sector está siendo mirado con lupa, por la sociedad y por el estamento político; y un momento en el que está en el ambiente que urge el desarrollo de una normativa que regule y acabe con el fraude del IVA perpetrado por operadores fraudulentos; sencillamente para que, como ocurre en ciertas ocasiones, no terminen pagando justos por pecadores y se respete a los que “sí cumplen la ley a rajatabla”, como señala literalmente su CEO, Javier Alonso.
El primer ejecutivo de la firma ha puesto de manifiesto que, incluso quienes cumplen con sus responsabilidades económicas y fiscales en todos sus aspectos, están encontrando dificultades ante trámites básicos, como puede ser la apertura de una cuenta bancaria en nuestro país, lo que se traduce en ‘indefensión’ y en la creación de marcos de desventaja frente a la competencia.
Desde HATTA Energy, precisamente en una postura de liderazgo de un cambio responsable y fundamentado en el sector, se urge a que esa nueva normativa no espere, más si cabe en la medida en que España está en el furgón de cola de Europa precisamente en la legislación sobre el particular.
La firma pilotada por Javier Alonso viene sosteniendo no ahora sino ya en los últimos años que hay que actuar con rigor y valentía, y se ha pronunciado incluso sobre la necesidad de conjugar “hidrocarburos y sostenibilidad”, una ecuación en la que a veces parecen intervenir factores que se antojan antitéticos.
Precisamente por ello, el operador ha estado en la vanguardia de la implementación de prácticas y políticas que reducen su impacto ambiental alineado con los ODS: de un lado, se cumplen con las regulaciones pasando las correspondientes auditorías y disponiendo de los certificados requeridos por los propios organismos reguladores; pero, de otro, HATTA Energy va más allá, adoptando medidas proactivas para minimizar su huella de carbono.
En un mundo en el que tiene tanto peso para las compañías de todo sector productivo la responsabilidad social corporativa, el compromiso del operador no solo aspira a reflejar una filosofía y unos valores éticos muy ligados a la transparencia y la eficiencia, sino que se traduce en una política que ayuda a cubrir las necesidades de todos los clientes que comparten estos principios y buscan asociarse con empresas socialmente responsables, como ha manifestado Javier Alonso.
Conseguir un gran ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero es, para HATTA Energy -que se ha convertido en uno de los grandes importadores de producto refinado- un objetivo irrenunciable.