La Formación Profesional (FP) en España se ha consolidado como una herramienta estratégica para impulsar el crecimiento económico y la empleabilidad en un contexto de transformación del mercado laboral. Este cambio está impulsado por factores como la digitalización, la transición ecológica y la reestructuración de sectores clave, que demandan profesionales cualificados y adaptados a nuevas realidades. El informe destaca que, entre 2025 y 2035, se generarán más de 12 millones de oportunidades de empleo en el país, de las cuales 3,3 millones estarán destinadas a titulados de FP: 2 millones de Ciclos Formativos de Grado Superior y 1,3 millones de Grado Medio. Este dato subraya el papel crucial de la FP en la reducción del desempleo juvenil y la mejora de la competitividad empresarial, al ofrecer una formación práctica y alineada con las necesidades del mercado.
La FP se presenta como una solución al déficit estructural de profesionales cualificados, un desafío que afecta a la productividad de las empresas y al crecimiento económico. Su enfoque en el aprendizaje aplicado, la flexibilidad de sus programas y la capacidad de actualización constante mediante procesos de upskilling (mejora de competencias) y reskilling (reconversión profesional) la convierten en una opción atractiva tanto para estudiantes como para trabajadores en activo. A continuación, se detallan los puntos clave del informe organizados en sus seis secciones principales.
1. La FP, motor de crecimiento y empleabilidad
La FP se posiciona como un pilar esencial para responder a las demandas del mercado laboral en un entorno de rápida evolución. Su orientación práctica y su capacidad para adaptarse a sectores estratégicos la convierten en una vía efectiva para fomentar la inserción laboral y reducir el desempleo, especialmente entre los jóvenes. Además, al cubrir la brecha de talento en áreas especializadas, contribuye directamente a la competitividad de las empresas y al desarrollo económico sostenible del país.
2. Sectores estratégicos con alta demanda de profesionales
El informe identifica cinco sectores clave que destacan por su crecimiento y necesidad de profesionales formados en FP:
- Automoción: Este sector está en plena transformación debido a la electrificación, la movilidad sostenible y las tecnologías avanzadas como la conducción autónoma. Se demandan técnicos en mecánica avanzada, electrónica, software de movilidad, automatización y gestión logística. La falta de personal cualificado impulsa la necesidad de formación específica para reconvertir trabajadores y preparar nuevas generaciones.
- Ciencias de la Salud: El envejecimiento poblacional, los avances tecnológicos y la mayor demanda de servicios sanitarios han generado un déficit de profesionales, como enfermeras (España tiene 6,3 por cada 1.000 habitantes frente a 8,5 en la UE) y técnicos en diagnóstico, farmacia o gestión hospitalaria. La digitalización y la biotecnología también exigen perfiles especializados en telemedicina, inteligencia artificial y desarrollo de medicamentos.
- Ciberseguridad y tecnologías digitales: La digitalización masiva ha incrementado los ciberataques (un 24% más entre 2022 y 2023 en España, con 83.000 incidentes según el Incibe), lo que eleva la demanda de expertos en seguridad informática, gestión de redes, desarrollo de software seguro y análisis forense. El teletrabajo y el Internet de las Cosas amplifican esta necesidad.
- Emergencias: Con el aumento de desastres naturales y crisis, se requieren especialistas en gestión de emergencias, rescate y logística humanitaria. Tecnologías como drones y simulaciones virtuales refuerzan la formación en este ámbito crítico para la seguridad social.
- Negocios y emprendimiento: El auge de las start-ups y la globalización fomentan el emprendimiento, demandando habilidades en gestión empresarial, marketing digital y liderazgo estratégico. La FP ofrece herramientas prácticas para quienes buscan autonomía profesional.
3. Upskilling y reskilling: el papel de la formación continua
La transformación acelerada del mercado laboral, marcada por la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización, exige una actualización constante de competencias. El upskilling permite a los profesionales perfeccionar sus habilidades, mientras que el reskilling facilita la transición a nuevos roles. Estos procesos son esenciales para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de talento, especialmente en sectores como ciberseguridad, salud y automoción, donde las empresas enfrentan dificultades para encontrar personal cualificado. La formación continua se convierte en un requisito para mantenerse competitivo y aprovechar oportunidades en un entorno laboral en constante cambio.
4. Internacionalización de la FP: nuevas oportunidades globales
La FP está trascendiendo fronteras, ofreciendo a los titulados acceso a mercados internacionales mediante la homologación de títulos, programas de intercambio y colaboraciones con empresas multinacionales. Sectores como la ciberseguridad, la automoción y la salud, con alta demanda global, buscan talento cualificado más allá de las fronteras nacionales. La digitalización educativa y los acuerdos entre instituciones facilitan la movilidad laboral, mientras que las prácticas en empresas extranjeras y la formación multicultural aumentan la competitividad de los graduados. Esta tendencia no solo amplía las oportunidades para los estudiantes, sino que también fortalece las economías al conectarlas con profesionales especializados.
5. Innovación en los métodos de enseñanza
Los avances tecnológicos están revolucionando la FP con herramientas como la inteligencia artificial, la realidad virtual, el big data y los entornos de simulación inmersivos. Estas tecnologías permiten personalizar el aprendizaje según las necesidades y el ritmo de cada estudiante, optimizando la adquisición de competencias. Por ejemplo, las plataformas adaptativas basadas en IA identifican áreas de mejora en tiempo real y ajustan los contenidos, mientras que los laboratorios virtuales y proyectos con casos reales conectan la formación con el mundo empresarial. Esta colaboración con empresas asegura que los programas estén alineados con las demandas del mercado, mejorando la preparación de los estudiantes para los retos laborales. La innovación en la enseñanza no solo eleva la calidad de la FP, sino que también refuerza su capacidad para formar profesionales competitivos.
6. Flexibilidad en los modelos de aprendizaje
La evolución del mercado laboral ha impulsado modelos de aprendizaje más flexibles en la FP, rompiendo con el formato tradicional de clases presenciales. La combinación de opciones híbridas y 100% online permite a los estudiantes avanzar a su propio ritmo y conciliar formación con vida laboral, eliminando barreras geográficas y temporales. Los sistemas de enseñanza adaptativa, apoyados en IA, personalizan la experiencia educativa, mientras que la formación en alternancia con prácticas empresariales o entornos simulados acelera la inserción laboral. Esta flexibilidad es clave para la actualización profesional continua, convirtiendo a la FP en una opción dinámica para quienes buscan mejorar su empleabilidad en un entorno exigente.
La FP se consolida como una respuesta estratégica a los desafíos del mercado laboral actual y futuro, ofreciendo soluciones a la escasez de talento, fomentando la empleabilidad y adaptándose a las demandas globales y tecnológicas. Su enfoque práctico, su orientación hacia sectores estratégicos y su capacidad para innovar en métodos y formatos la posicionan como un motor de desarrollo económico y social. Desde la formación de técnicos especializados hasta el impulso al emprendimiento y la proyección internacional, la FP no solo prepara a los profesionales para los retos de hoy, sino que también los dota de herramientas para liderar el mañana en un mundo interconectado y en constante cambio.