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Entrevista al investigador Javier de Prada Pareja

Continuación de la entrevista realizada al investigador y especialista en Psicología del arte, Javier de Prada Pareja, cuya primera parte se publicó en la entrega del mes pasado.

Además de su estudio de las Pinturas negras de Goya, ¿qué otros trabajos suyos destacaría?

Todas las investigaciones que he realizado han terminado por resultar para mí, igual de satisfactorias. Hay que tener en cuenta que durante mis años de aprendizaje de la psicología de Jung, utilicé con frecuencia las obras de diversos artistas como objetos de análisis, en los que aplicar los conceptos que iba adquiriendo; de manera, que al cabo de los años, me encontré con un conocimiento profundo, no solo de la Psicología Analítica de Jung, sino también de la dimensión simbólica de la obra de varios artistas universales. Por ejemplo, tras escribir el libro sobre la obra de Goya, cambié radicalmente de tema y me sumergí en el proceso creativo de Picasso, a pesar de la enorme complejidad de su arte. Conseguí así descubrir una personalidad rica y al mismo tiempo mucho más vulnerable que la idea que predomina en el público en general. Picasso, en efecto, fue una persona atenazada por numerosas contradicciones personales y que estuvo en lucha consigo mismo hasta el final de sus días. Todas las peculiaridades de su personalidad influyeron de manera clara en su proceso creativo y se pueden estudiar en detalle a través de sus cuadros, lo que se puede comprobar en mis dos ensayos: El joven Picasso y Eros y logos en la obra de madurez de Picasso.

Uno de los últimos títulos que ha publicado, versa sobre la película Sueños, de Akira Kurosawa, ¿qué nos puede decir acerca de esta interesante producción fílmica?

Tiene usted razón. Sueños es una interesantísima película que no fue bien entendida por la crítica, a pesar de su éxito de público. En ella el director japonés abandona todos sus registros anteriores y utiliza su maestría en la narración fílmica, para reproducir varios de los sueños que había tenido en diversos momentos de su propia vida. El planteamiento como puede ver, es original además de enormemente radical. Pero lo más interesante resulta el contenido de los sueños reproducidos. Concretamente, destacaría los dos primeros, que pertenecen a la infancia del director. Estos sueños, al igual que otras producciones artísticas de otros creadores universales, revelan contenidos que demuestran la realidad del Inconsciente Colectivo, descubierto por Jung, de una forma incuestionable. Así, solo la presencia del psiquismo inconsciente colectivo, puede justificar la aparición en los sueños de un niño, de contenidos que hacen referencia a símbolos de diferentes culturas de todas las épocas, que no puede haber conocido de manera consciente. De esta manera, la danza de los zorros que aparece en este primer sueño de la película, además de constituir una escena de gran belleza plástica, reproduce un contenido simbólico que es el centro de casi todos los procesos de iniciación, desde que se tienen noticias de este tipo de actividades humanas. Sueños. Misterio y creatividad en la obra de Akira Kurosawa.

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