Para 2030, la mitad de los empleos demandará habilidades avanzadas como el pensamiento crítico
Garantizar la equidad digital y fomentar el pensamiento crítico son los grandes retos de la inteligencia artificial
La llegada de tecnologías disruptivas como ChatGPT está revolucionando el entorno educativo. Estas herramientas inteligentes, capaces de generar respuestas en tiempo real y adaptarse a diversos estilos de aprendizaje, han introducido una dinámica transformadora en la manera en que se adquiere el conocimiento.
Sin embargo, su adopción plantea retos clave: ¿cómo fomentar el pensamiento crítico cuando las soluciones están al alcance de un clic? ¿Qué rol desempeña el docente en este nuevo ecosistema? ¿Por qué la IA es vista como enemiga en algunas circunstancias? Según el informe Revolutionizing Education with Artificial Intelligence de la UNESCO (2023), más del 70% de los educadores considera que la integración de la inteligencia artificial (IA) podría redefinir los métodos tradicionales de enseñanza si se implementa correctamente.
Los modelos educativos tradicionales, donde todos los alumnos aprenden al mismo tiempo, están siendo reemplazados por enfoques más singulares. Un estudio reciente de McKinsey & Company, The State of Personalized Learning (2024), revela que los sistemas educativos personalizados pueden aumentar en un 30% la retención de conocimientos entre los estudiantes. Esta capacidad de personalización no solo ayuda a impartir conocimientos, sino también a fomentar la autonomía de los alumnos, permitiéndoles resolver dudas y reforzar su aprendizaje de manera autosuficiente.
A pesar de los avances que trae consigo la inteligencia artificial, también surgen nuevos retos. Entre ellos, destaca la necesidad de garantizar la equidad en el acceso a estas tecnologías, especialmente en contextos socioeconómicos desfavorecidos, donde el acceso a herramientas digitales aún es limitado. También es crucial fomentar el pensamiento crítico, evitando que los estudiantes dependan exclusivamente de respuestas automáticas. Además, los docentes enfrentan la tarea de adaptarse a un entorno donde la IA actúa como complemento, pero no como sustituto. Esto requiere formación específica en su uso pedagógico. El informe de la Asociación Europea de Innovación Educativa, Bridging the AI Divide in Schools (2023), subraya la importancia de superar estas barreras para garantizar un aprendizaje inclusivo.
Uno de los principales problemas en los centros escolares, especialmente en secundaria y bachillerato, es la dificultad para controlar el uso que los estudiantes menores de edad hacen de herramientas como ChatGPT, muchas de las cuales no están diseñadas específicamente para la educación.
Juan Perteguer, CEO de Supercademy, explica: "La solución que hemos desarrollado permite a los colegios ser los dueños de la IA, en lugar de meros espectadores del uso que los alumnos hacen de ella. Esto les otorga control gracias a una herramienta especializada al 100 % en educación y probada con éxito, que potencia las habilidades de los estudiantes a través de la inteligencia artificial. Así, el maestro vuelve a ocupar un rol central como guía hacia el conocimiento, mientras que tareas más mecánicas, como la creación de ejercicios o la repetición, se gestionan desde la plataforma".
El papel del docente ha evolucionado para guiar a los estudiantes en el uso adecuado de estas tecnologías, combinando la interacción humana con el apoyo que proporciona la inteligencia artificial. Este enfoque permite a los profesores centrarse más en los aspectos emocionales y creativos del aprendizaje, ayudando a construir experiencias educativas más personalizadas y motivadoras.
El impacto de sistemas como ChatGPT va más allá de los resultados académicos. Estas innovaciones no solo están preparando a los estudiantes para un mundo donde el acceso a la información es inmediato, sino también ayudándoles a desarrollar competencias esenciales como la interpretación, el análisis y la aplicación del conocimiento.
En un contexto donde las habilidades avanzadas de resolución de problemas y pensamiento crítico serán imprescindibles para más del 50% de los trabajos en 2030, según el Foro Económico Mundial, la integración de tecnologías como la inteligencia artificial es un paso necesario para asegurar que las próximas generaciones estén preparadas para liderar el futuro.