La integración sensorial es fundamental para el desarrollo y el funcionamiento cotidiano. El trabajo de la Dra. Ayres ha sido clave para entender cómo el procesamiento sensorial atípico puede afectar a las personas, especialmente en su capacidad para participar en actividades diarias. Esto incluye desde la forma en que percibimos estímulos del entorno hasta cómo respondemos a ellos, lo que puede influir en áreas como el aprendizaje, las relaciones sociales y la regulación emocional. La terapia ocupacional, basada en estos principios, puede ayudar a las personas a mejorar su integración sensorial y, por ende, su calidad de vida.

El estudio del Instituto Farber de Neurociencias de Philadelfia resalta la importancia de la terapia de Integración Sensorial en el tratamiento de niños con autismo, enfocándose en cómo esta intervención puede ayudar a mejorar las alteraciones en el procesamiento sensorial. La investigación indica que los niños que participaron en la terapia mostraron avances significativos en comparación con aquellos que no recibieron la intervención. Esto sugiere que abordar las dificultades sensoriales puede ser un componente clave para mejorar el bienestar y las habilidades funcionales de los niños con autismo.