La transición energética es uno de los temas que acapara la atención mundial, debido a su gran trascendencia para el futuro de la humanidad. Sin embargo, su abordaje tiene diversas implicaciones que resultan determinantes a la hora de asegurar una sociedad más equitativa y justa, en el acceso a los servicios básicos, como la electricidad.
Por esta razón, es vital que los gobiernos, empresas y organizaciones influyentes fomenten la participación social a gran escala y en tiempo real para garantizar la toma de decisiones bajo un enfoque inclusivo y que responda a las verdaderas necesidades de las personas.
Este es precisamente el objetivo del proyecto ciudadano “El Futuro es Ahora”, que desarrolló una macroencuesta para conocer las inquietudes y propuestas de jóvenes españoles entre los 16 y los 30 años sobre el tema energético. El estudio, denominado “El Futuro es Energía”, fue impulsado por Demos Lab en conjunto con Talento para el Futuro y Democracia Digital para que los resultados sean del conocimiento de los factores del poder político y empresarial.
Participación ciudadana continua
Una de las conclusiones de “El Futuro es Energía” es que el éxito de la transición energética depende de que el proceso se lleve a cabo de manera justa e inclusiva, teniendo en cuenta los requerimientos específicos de cada región y grupos sociales. Ahora bien, para aplicar decisiones que garanticen un acceso equitativo a las energías renovables es crucial la participación ciudadana continua, así como el fomento de la concienciación y la divulgación de información relevante.
Además, los resultados de la encuesta arrojan que, desde la perspectiva de la juventud española, la posibilidad de que la transición energética sea justa está vinculada a la promoción del diálogo entre los diferentes actores involucrados para facilitar la convivencia de la producción de energía renovable, así como la protección de los espacios naturales y las actividades económicas.
Iniciativas respaldadas por la ciudadanía
Por otra parte, “El Futuro es Energía” mostró cuáles son las iniciativas destinadas a facilitar la transición energética que tienen una mayor receptividad por parte de la ciudadanía. Al respecto, el informe detalla que las inversiones para modernizar las redes eléctricas son bien recibidas porque aseguran una infraestructura adecuada para las nuevas exigencias.
De igual manera, para las personas es crucial que se ofrezca apoyo financiero y demás facilidades para la compra de coches eléctricos, así como para rehabilitar edificaciones para optimizar su eficiencia o para instalar equipamiento moderno destinado a la producción doméstica.
Asimismo, para los encuestados las ayudas directas al autoconsumo son fundamentales, al tiempo que opinan que es necesario impulsar soluciones de almacenamiento como alternativa para garantizar el uso continuo de energías renovables.
En definitiva, el estudio certifica las inquietudes de los jóvenes en relación con la importancia de que la transición energética se produzca en un entorno justo e inclusivo, donde la participación ciudadana sea una prioridad.