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El impacto de la ayuda de la UE a los refugiados en Turquía ha sido insuficiente

Turquía acoge a más de cuatro millones de refugiados registrados, muchos de los cuales se dirigen a Europa

Desde 2016, la UE ha destinado 6 000 millones de euros de ayuda humanitaria y al desarrollo para el país

La ayuda de la UE es beneficiosa para los refugiados y las comunidades de acogida, pero su impacto y sostenibilidad no están garantizados todavía

A pesar de las recientes mejoras, la financiación de miles de millones de euros que la UE ha destinado a los refugiados en Turquía podría haber logrado mayor rentabilidad e impacto, según un informe del Tribunal de Cuentas Europeo. Aunque el Mecanismo para los refugiados en Turquía, dotado con 6 000 millones de euros, ha atendido las necesidades de los refugiados y de sus comunidades de acogida turcas, los proyectos financiados sufren retrasos y no está claro si se mantendrán cuando se termine la ayuda de la UE.

Por su situación geográfica, Turquía es un país importante para la acogida y el tránsito de refugiados con destino a Europa, que, en los últimos diez años han aumentado y plantean retos cada vez mayores para la cohesión social. El país acoge actualmente a más de cuatro millones de refugiados registrados, entre los que se cuentan más de 3,2 millones de origen sirio. Menos del 5 % de estos refugiados vive en campamentos. En 2015, la UE creó el Mecanismo para canalizar y coordinar los 6 000 millones de euros de ayuda humanitaria y al desarrollo para el país. La Comisión ha gestionado la ayuda en el contexto de la recesión económica de Turquía y del deterioro de sus relaciones con la UE, que también tiene su origen en el retroceso del Estado de Derecho y de los derechos fundamentales.

«En un contexto político difícil, el Mecanismo de la UE para los refugiados en Turquía prestó un apoyo adecuado a los refugiados y a las comunidades de acogida», afirma Bettina Jakobsen, Miembro del Tribunal que dirigió la auditoría. «Sin embargo, podría lograrse mayor rentabilidad e impacto, y existen serias dudas sobre qué ocurrirá con los proyectos de Turquía cuando se agote la ayuda de la UE».

Atendiendo a las recomendaciones que los auditores ya formularon en 2018, la Comisión mejoró el funcionamiento del Mecanismo. En respuesta a críticas pasadas, mejoró significativamente los proyectos que proporcionan asistencia en efectivo a los refugiados, lo que supone un ahorro aproximado de 65 millones de euros. Además, redujo los costes administrativos, lo que supone disponer de más dinero para los destinatarios finales. Sin embargo, la Comisión no evaluó sistemáticamente si los costes de los proyectos eran razonables, cuando esto afecta a su eficiencia.

En general, la ayuda de la UE garantizó una financiación rápida y una inversión significativa para aliviar la presión sobre la salud, la educación y las infraestructuras municipales causada por la elevada afluencia de refugiados al país, y para evitar tensiones en el mercado laboral. Sin embargo, los proyectos de desarrollo sufrieron retrasos importantes por distintas razones, como las normas de construcción más estrictas, la pandemia de COVID-19 y el aumento de la inflación. Los devastadores terremotos de 2023 en el país también repercutieron enormemente en los proyectos, aunque la respuesta de la Comisión fue rápida.

Los proyectos previstos, como la formación en el empleo y la asistencia a los refugiados para la creación de empresas, en general lograron sus resultados. Sin embargo, el seguimiento fue insuficiente, ya que no se logró medir el impacto. Por ejemplo, no se realizó ningún seguimiento de la situación laboral o empresarial posterior de los refugiados. Del mismo modo, se construyeron nuevas escuelas para refugiados, pero los auditores no pudieron obtener datos suficientes del ministerio turco para evaluar su impacto en los beneficiarios.

La sostenibilidad de las intervenciones de la UE y la responsabilidad compartida con Turquía son de vital importancia, por lo que la Comisión está trabajando en el traspaso de proyectos a las autoridades turcas. Sin embargo, solo ha conseguido garantizar la sostenibilidad de los proyectos de infraestructuras como escuelas y hospitales, pero no el apoyo socioeconómico (es decir, el empleo); por otra parte, no está asegurada la continuidad de sus proyectos emblemáticos de educación y salud sin el apoyo de la UE. El Ejecutivo de la UE también intentó mejorar el entorno operativo para las ONG internacionales, pero la falta de voluntad política de las autoridades nacionales reduce el impacto de sus esfuerzos. 

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