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Ruta en autocaravana por las 5 cascadas secretas más espectaculares y que son perfectas para una escapada en mayo

El próximo 5 de mayo celebraremos el Día de la Madre. Una festividad que este año llega precedida por un largo puente para los madrileños. Gallegos, castellano-manchegos y canarios disfrutarán también a lo largo del mes de mayo de otros puentes en sus respectivas regiones. Si a eso le sumamos las agradables temperaturas primaverales y que ya tenemos más horas de luz, estos días de mayo son perfectos para una escapada en autocaravana o en furgoneta camper.

Para los amantes de la naturaleza y para aquellos a los que les gusta aprovechar estos días para descubrir lugares con encanto y poco masificados, Yescapa, plataforma líder europea de alquiler de autocaravanas y furgonetas camper, ha realizado una selección de las cascadas más bonitas y escondidas de nuestra geografía. Lugares donde la calma, el sonido y el murmullo del agua harán que te sientas transportado en el tiempo y que puedas volver a las rutinas del día a día con energías renovadas.

1. Fervenza do Toxa (Silleda, Galicia)

En la comarca del Deza, muy cerca de Silleda en la provincia de Pontevedra, nos encontramos con la fervenza del río Toxa. Unas cataratas que son las más altas de Galicia y que son un verdadero espectáculo natural en un bosque lleno de robles, castaños y laureles. Y es que, entre las parroquias de Pazos y Martixe, el río Toxa cae desde más de treinta metros, lo que origina una cascada que deja a todo aquel que la contempla, sin palabras, ya que la caída del agua crea un espectáculo de luz y color imposible de olvidar.

La Fervenza do Toxa puede contemplarse de dos formas. Por un lado, puede disfrutarse en un mirador. Se trata de un lugar de fácil acceso y desde donde se pueden observar las cataratas. Por otro lado, si se quiere llegar justo a los pies de la Fervenza do Toxa, hay que descender por un sendero que se encuentra en un bosque de gran variedad botánica y de tipo atlántico.

2. Cascada de Aguasaliu (Asturias)

En el Parque Natural de Ponga nos encontramos con una de las cascadas más desconocidas y bellas de Asturias. La Cascada de Aguasaliu es un rincón natural que

posee 80 metros de altura y que no tiene nada que envidiar a las más conocidas del Principado, como por ejemplo la de Oneta.

Accesible por carretera, la Cascada de Aguasaliu se encuentra en una reserva natural ubicada en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica. Un parque natural que abarca

una superficie de aproximadamente 20.533 hectáreas y que fue declarado Parque Natural en el año 2003 para proteger tanto su variada biodiversidad, como su paisaje montañoso.

3. Cascadas de Lamiña (Cantabria)

En plena Reserva del Saja, la naturaleza nos sorprende con un rincón lleno de encanto: las cascadas de Lamiña, una serie de saltos de agua que deja asombrado a todo aquel que las visita y que son unas grandes desconocidas.

Perfectas para disfrutar de un plan de un día, las Cascadas de Lamiña se encuentran en una zona donde hay corzos, ciervos, jabalíes y aves como pájaros carpinteros. Para llegar a este enclave natural único hay varias rutas. Una de ellas es a través de Barcenillas, un pueblo precioso en pleno Valle de Cabuérniga con casas tradicionales montañesas de piedra.

4. Cascadas del Huéznar (Sevilla)

A caballo entre Andalucía y Extremadura, en el Parque Natural de Sierra Norte, la naturaleza nos sorprende con una cadena de cascadas conocidas como Cascadas del Huéznar. A pesar de tener un tramo pequeño, atraen por su belleza y por sus aguas cristalinas ricas en carbonato de calcio. Este hecho hace que se vayan creando depósitos de travertino, un mineral que ha cubierto paredes así como el final de la cascada en forma de tobogán y de cortina.

Declaradas Monumento Natural en 2001, las Cascadas del Huéznar tienen una zona para poder comer o merendar. Además, gracias a su buena señalización se encuentran en un área óptima para practicar senderismo.

5. Cascada del Caozo (Cáceres)

Cuando uno piensa en el Valle del Jerte, lo primero que se le viene a la cabeza son los cerezos en flor. Sin embargo, el Valle del Jerte no es sólo eso. En este sentido, hay también cascadas, algunas de más de 30 metros, como por ejemplo la del Caozo. Se trata de un salto de agua rodeado de robles, fresnos y alisos. Perteneciente a la localidad de Valdastillas, a esta espectacular caída de agua se puede acceder caminando, ya que se encuentra a unos cien metros de la carretera.

Perfecta para quien no quiera o no pueda caminar mucho, visitar la Cascada del Caozo en pleno Valle del Jerte es ideal para una escapada rápida a todo un espectáculo de la naturaleza.

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