"La aprobación por parte del Parlamento Europeo de la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (conocida por sus siglas en inglés CSDDD o CS3D) es un éxito. Este acuerdo pionero está a punto de introducir un marco que obligue a grandes compañías que operan en la Unión Europea a incorporar prácticas sostenibles y procesos de diligencia debida en sus cadenas de suministro. Ya no se trata de recomendaciones, sino de obligaciones. Esta aprobación de los eurodiputados llega tras el visto bueno del Consejo Europeo, el cual estuvo condicionado por cambios de última hora que suavizaron la norma".
"La normativa ha sufrido grandes cambios hasta ser aprobada en el Parlamento Europeo debido a las reticencias de países como Italia, Francia o Alemania. Ahora, su alcance se ha reducido casi un 70%, y solo aplica a aproximadamente el 0,05% de las empresas de la UE (unas 5.400). Aun así, afectará indirectamente a muchas más organizaciones a lo largo de las cadenas de suministro de todo el mundo, ya que las grandes compañías incluidas en el ámbito de aplicación transmitirán en cascada los requisitos a sus socios y proveedores. Por tanto, el compromiso de la norma por la sostenibilidad permanece intacto y ayudará a mejorar la protección de los derechos humanos y del cuidado por el medioambiente en las cadenas de suministro".
"Esta aprobación es un gran paso hacia la sostenibilidad social y medioambiental, aunque aún faltan futuras aprobaciones del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea para su publicación en el Diario Oficial de la UE. Después, los países miembros tendrán que transponer la CSDDD en legislaciones nacionales".
"Al crear una solución para cumplir con esta normativa, las empresas pueden mejorar la mitigación de los riesgos de la cadena de valor que amenazan su negocio, tales como las interrupciones del suministro, la volatilidad de los costes o los incidentes relacionados con la reputación. A largo plazo, este marco de mitigación de riesgos y diligencia debida ayudará a las empresas a cumplir las legislaciones sobre emisiones de carbono e impulsar la transición hacia modelos más sostenibles".
"La sostenibilidad se suele percibir como una mera obligación o como un problema, pero en realidad actúa como un valor económico y competitivo. De hecho, las marcas que se adelanten a las inminentes legislaciones europeas y registren buenos resultados a nivel de sostenibilidad estarán mejor posicionadas en el sector, tendrán menos problemas en sus cadenas de suministro y estarán mejor preparadas para un futuro con bajas emisiones de carbono en comparación con aquellas empresas que todavía no cumplan con los requisitos mínimos".