El uso de plantas macrófitas permite a la marca mejorar sus estándares de sostenibilidad medioambiental
Cantero de Letur ha logrado reducir un 95% la contaminación de las aguas residuales de su granja de vacas gracias al desarrollo de un humedal artificial y sin el uso de ninguna sustancia química. La compañía, en su apuesta por la sostenibilidad medioambiental, utiliza plantas macrófitas para reducir al máximo los efectos de las aguas contaminadas procedentes de las más de 200 vacas con las que cuentan. Todo un ejemplo de cara al Día de la Tierra que se conmemora el 22 de abril.
El proceso establecido por Cantero de Letur ha resultado todo un éxito para la compañía y un ejemplo para el tratado de residuos de una manera más natural. Las aguas residuales discurren hasta el humedal y es aquí donde las plantas macrófitas realizan su tarea de reducir la contaminación hasta un 95% del agua.
Además, mediante la aportación de oxígeno con una bomba de aire, se potencia su efecto. Tras el tratamiento, el impacto de las aguas generadas en la granja es ínfimo en comparación con su estado inicial.
“En Cantero de Letur estamos constantemente innovando, no solo en términos de productos, sino también en lo que respecta a los principios de sostenibilidad y respeto medioambiental que siempre ha defendido la marca”, explica Pablo Cuervo-Arango, director general de Cantero de Letur. “Nuestro humedal es una muestra de que se puede minimizar el impacto en este sector”, subraya.
Las plantas macrófitas, como destacan desde la compañía líder en la producción de lácteos ecológicos en España, tienen facilidad para crecer y establecerse en terrenos con exceso de agua puntual o que incluso están encharcados.
Entre sus propiedades, según el tipo de planta que se emplee y las condiciones climáticas en las que vivan, están la de reducir los diferentes contaminantes.
Desde el popular junco, hasta el lirio amarillo, la lenteja de agua o el jacinto de agua, las plantas macrófitas son empleadas en numerosas ocasiones para realizar este tipo de tareas para minimizar el posible impacto en el ecosistema.
Sin ir más lejos, el uso de plantas emergentes (como es el caso de Cantero de Letur), sumergidas o flotantes como sistemas naturales de depuración se considera una de las formas más viables en términos económicos y de efectividad. Pese a que es necesario tener una gran extensión de terreno, se adaptan de manera sencilla a las variaciones de caudal o del nivel contaminante de las aguas, resultando muy eficaces en industrias como la agraria o ganadera.
“Está comprobado que tienen un efecto positivo. Hay que seguir apostando por este tipo de procesos porque dan resultados y deben ser el futuro de la industria”, explican desde Cantero de Letur.
Cantero de Letur, referencia en ecología
Además de la puesta en marcha del humedal artificial, Cantero de Letur también cuenta con una extensa superficie techada con el objetivo de potenciar la recogida de agua de lluvia para su posterior utilización. De esta manera, la granja reduce el consumo de agua de la red y aumenta la eficiencia de los recursos naturales con los que cuenta.
Las instalaciones de Cantero de Letur tienen más de 800 metros de tejado. A través de este se recogen hasta un millón de litros de agua de lluvia, que posteriormente son almacenados para reusar. De igual manera, la granja cuenta con una recuperación de calor de la refrigeración para calentar el agua utilizada en la fábrica y, así, reducir su huella de carbono y el uso de combustibles fósiles.