El despacho Canarias Sin Deuda ha llevado a cabo la tramitación del caso que, a través de la Ley de Segunda Oportunidad, permite a esta trabajadora autónoma del sector de la limpieza recuperar su estabilidad económica
La cancelación de una deuda de 79.800 euros permite a una madre de Las Palmas de Gran Canaria, separada y con dos hijos a su cargo, recuperar su estabilidad económica y comenzar de nuevo, libre de cargas. Esta mujer recurrió a la Ley de Segunda Oportunidad, con el asesoramiento del despacho especializado Canarias Sin Deuda, cuando ya no podía hacer frente a los créditos que tenía ni cubrir sus necesidades del día a día.
La situación económica de esta trabajadora autónoma del sector de la limpieza se fue deteriorando al sumar pequeños, pero numerosos, créditos, a los que recurrió para cubrir los gastos del día a día. Separada y dependiendo únicamente de sus ingresos, tuvo que hacer frente a gastos inesperados, como una derrama en su comunidad de vecinos y los gastos para que su hijo pudiera acceder a la universidad, que terminaron de desestabilizar su economía.
Ahora, explica cómo empezó su espiral de deuda: “Trabajando como limpiadora percibía solo 400 euros. Divorciada y sin más apoyo, me vi sola para sacar adelante a mis dos hijos, que están estudiando y no tienen ingresos. Pedía un préstamo para pagar otro préstamo y así me vi en un cúmulo de deuda. Cuando no podía más, recurrí a la Ley de Segunda Oportunidad. Una solución que en mi caso ha ido de la mejor manera posible”.
La asesora legal de Canarias Sin Deuda, Carla Enríquez, apunta que "la Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal al que, conforme se conoce más su aplicación, cada vez recurren más personas en nuestro país. Actualmente, supone una solución eficaz, siempre y cuando se cumplan los requisitos que exige, para acceder a reestructurar las deudas y poder recuperar la libertad financiera".
Por su parte, según el abogado de Canarias Sin Deuda, responsable de la oficina en Las Palmas de Gran Canaria, Samuel Díaz, “la situación de esta persona era muy delicada, pues, al ser trabajadora por cuenta propia, no tiene un ingreso regular todos los meses, y hay épocas en las que ingresa muy por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, por lo que en distintas ocasiones ha tenido que recurrir a préstamos de entidades financieras a los que finalmente no ha podido hacer frente”.