En España, solamente el 1% de las viviendas cumple los criterios de accesibilidad universal, una cifra irrisoria frente al elevado número de personas con movilidad reducida. Por ello, es indispensable mejorar la accesibilidad de una vivienda, que no solo aumenta la calidad de vida, sino que puede dar más valor a una casa. Es más, se estima que el precio de una vivienda puede incrementar entre un 5 y un 10%.
"Las mejoras de accesibilidad no solo hacen que una casa sea más cómoda para sus residentes, pues la mayoría de ellos no viven en hogares adaptados a sus necesidades y tipos de discapacidad, sino que también supone un atractivo para compradores potenciales, ya que influye en el precio de la vivienda, revalorizando la propiedad", explica Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.
Son numerosas las barreras a las que se pueden enfrentar las personas con movilidad reducida en sus hogares. En este sentido, Stannah España, fabricante líder mundial en movilidad, expone algunas de las mejoras en accesibilidad que pueden aumentar el valor de una vivienda incluyen:
Entradas sin barreras. El acceso a la vivienda sin escalones o con rampa suave, con una pendiente adecuada que permita la entrada a personas con limitaciones de movilidad. La superficie no puede ser resbaladiza, por lo que se recomiendan materiales como piedra texturizada.
Pasillos y puertas más amplias que permitan el movimiento de sillas de rueda u otros dispositivos de asistencia, con una anchura mínima de 110 centímetros. El suelo debe ser de un material antideslizante para evitar caídas. Además, es importante que los interruptores de luz y enchufes estén a una altura accesible. Por supuesto, si la vivienda es de dos o más pisos, es recomendable la instalación de un elevador unifamiliar.
Baños accesibles. El baño es una de las zonas más importantes a adaptar en una vivienda accesible. La instalación de barras de apoyo, junto al inodoro y cerca del lavabo, duchas a nivel del suelo para facilitar el acceso sin obstáculos y utilizar grifos y controles de fácil manejo.
Cocinas adaptadas. La cocina también debe ser accesible para personas con movilidad reducida y con espacio suficiente que permita la movilidad de una silla de ruedas. Las encimeras deben ajustarse a distintas alturas, con electrodomésticos accesibles y con controles ergonómicos.
Soluciones domóticas diseñadas para simplificar el día a día de cualquier persona, pero son de suma importancia para facilitar las tareas del hogar a aquellas con algún tipo de discapacidad o movilidad reducida. Esta tecnología debe cumplir con tres criterios clave: facilidad de uso, adaptabilidad y personalización a cada usuario particular. Entre estas soluciones están los sistemas de control por voz, de alerta visual, sensores de movimiento y soluciones de movilidad, como las sillas salvaescaleras.
Una vivienda accesible también debe contar con las medidas de seguridad adecuadas, así como detectores de humo y monóxido de carbono, y emplear sistemas de alarma de fácil manejo.
"La accesibilidad en viviendas es un tema crucial en nuestra sociedad y falta mucho camino por recorrer. Invertir para hacer un hogar accesible es invertir en seguridad, comodidad y dar a sus residentes la calidad de vida que necesitan", concluye Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.