Con la llegada del invierno, los días se acortan y las temperaturas bajan. Los hábitos inevitablemente cambian e incluso la naturaleza entra en hibernación y modifica su ritmo.
Los expertos de Interflora nos cuentan cómo cuidar las plantas de interior y exterior, para que duren y sobrevivan a la estación fría, la sequía ambiental y la falta de luz. Evidentemente cada tipo de planta tiene sus propias necesidades pero en general hay que prestar atención a cuatro puntos fundamentales.
La temperatura
Los expertos recomiendan mantener una temperatura de alrededor de 21°C para las plantas de interior en invierno. Evitar colocarlas junto a un radiador o calefacción porque el calor excesivo podría ser perjudicial. Si en cambio las plantas están situadas en el exterior, una solución podría ser protegerlas de las heladas con láminas o plástico, o lo ideal sería construir un pequeño invernadero.
Irrigación
Por lo general, en invierno las plantas no necesitan mucho riego, sin embargo, es esencial verificar que el suelo esté húmedo (prestar también atención al estancamiento de agua que puede causar pudrición). Si las plantas están colocadas al aire libre, se aconseja regar por la noche, no directamente sobre las hojas y disminuyendo la cantidad de agua respecto al verano; esto es para evitar que se congelen.
Luz natural
La luz natural disminuye en invierno y este es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. En invierno, es recomendable colocar las plantas cerca de las ventanas y orientarlas hacia el sur y el oeste. También hay que girar las plantas cada dos o tres días para que puedan absorber la luz de manera uniforme.
Humedad
Normalmente durante el invierno el ambiente de la casa es bastante seco debido al calor de la calefacción. Por lo tanto se sugiere colocar un humidificador o incluso un paño húmedo sobre los radiadores es suficiente para controlar la sequía del hogar.
Plantas de invierno y con flores:
Pensamiento: Perteneciente al género de las violetas, el pensamiento es una planta bienal que resiste el frío, su rango óptimo de temperatura está entre los 4°C y los 21°C. Esta planta destaca por la amplia gama de colores que ofrecen sus vistosas y bonitas flores con pétalos aterciopelados. Los hay monocromáticos o jaspeados, con colores intensos como el rojo, el amarillo o el morado. También existen en tonos más suaves, como el blanco, el dorado, el rosa o el azul pastel.
Ciclamen: Originario del Mediterráneo, el ciclamen es una planta de invierno capaz de florecer en los meses más fríos del año. Se distingue por su aroma y sus coloridas flores de cinco pétalos. Esta planta se puede colocar tanto en el interior como en el exterior de las casas, pero se debe evitar el calor excesivo y la exposición directa al sol, ya que el Cyclamen no tolera las altas temperaturas. Su periodo de descanso es el verano.
Crisantemo: El crisantemo es una planta perenne de origen asiático cuya floración comienza en noviembre, cuando los días se acortan con la llegada del invierno. Aunque resisten bien las bajas temperaturas, conviene evitar las heladas fuertes. Es una planta con mucha historia y llena de simbolismo en varios países: en Japón es la flor nacional, en China es símbolo de sabiduría y en México está relacionada con el Día de Todos los Santos. En Europa el crisantemo es el rey de los cementerios en el Día de Todos los Santos, pero también es protagonista de hermosos ramos para muchas ocasiones y forma parte de las decoraciones otoñales más coloridas.
S.O.S. Plantas - consejos prácticos para la intervención de emergencia
Hay varios motivos por los que las plantas pueden sufrir, por ejemplo un exceso o falta de agua, o una enfermedad. Si el problema de la planta es la sequía, antes que nada es necesario podar todas las ramas secas y quitar las hojas marchitas. En segundo lugar, es necesario retirar la parte superior de la tierra que seguramente estará dura e incrustada por la falta de agua. También puedes intentar quitar el terrón de tierra de la maceta prestando atención a las raíces y sumergirlo en agua tibia durante unos 10 minutos. Luego dejar escurrir sobre un soporte para expulsar el exceso de agua. Luego plantar el cepellón en una maceta nueva y más grande para dejar espacio para que crezcan las raíces.
Si en cambio la planta está a punto de pudrirse, entonces hay que tener cuidado con las raíces. Es importante retirar el cepellón inundado pero con cuidado de no dañar los tallos y las raíces. Si las raíces son blancas, significa que la planta todavía está viva. Puedes envolver la planta en una toalla de papel durante 24 horas para que absorba el agua. La planta se puede trasplantar, pero hay que tener cuidado de no regar durante al menos unos días.
Otra causa de muerte de las plantas es la de las enfermedades: hongos (que suelen formarse por exceso de humedad) o parásitos. En el caso de los hongos, se sugiere quitar el cepellón y limpiar suavemente las raíces de la planta. También se puede aplicar un fungicida. En el caso de los parásitos, sin embargo, se deben podar las partes secas, se debe usar un fertilizante y un insecticida (lo más natural posible). Por último, también es importante mantener el riego controlado y colocar la planta en una zona con mucha luz pero sin que los rayos lleguen directamente a la planta.