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La experiencia crujiente y salada de las escamas de sal marina de la mano de Bras del Port

La sal marina en escamas es una revolución que se ha posicionado como uno de los ingredientes imprescindibles en las cocinas de todo el mundo.

La clave de su éxito es su forma piramidal bien definida, que aporta su característico crocante en boca, potencia los sabores de una forma sutil pero intensa. Esto se debe a que los trocitos de escamas van aportando la sensación de salado de manera no uniforme, siendo su efecto más intenso que otra sales. Además, su aspecto, elegante y sofisticado, contribuye a la decoración gastronómica, por lo que la sal pasa a ser protagonista. Bras del Port, la salinera centenaria afincada en Santa Pola (Alicante), destaca por ser el único productor de estos cristales piramidales en España.

Versatilidad en la cocina

Las escamas de sal marina son muy versátiles, pues su maridaje es muy amplio. Su uso más extendido es como aderezo para carnes o pescados a la brasa o a la parrilla. En este caso, se recomienda romper suavemente los cristales con los dedos y espolvorear justo en el momento de servir los alimentos. En algunos restaurantes, de hecho, las sirven en porciones individuales para que cada comensal sazone al gusto. Funcionan muy bien con vegetales, en ensaladas, patatas fritas, tostas, huevos fritos, así como en cremas y salsas como el hummus o el guacamole, arropado por un buen aceite de oliva virgen extra.

Pero su uso no se limita a los sabores salados, sino que en el ámbito de la repostería también ofrece muchas posibilidades, potenciando el contraste con el dulzor de chocolates o caramelos. Un ejemplo interesante y fácil donde se puede aplicar son los trozos de fruta fresca, bañada en chocolate negro con una pizca de sal en escamas por encima.

Tradición e innovación

Bras del Port desarrolla su actividad en el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, un paraje natural de 2.500 hectáreas de gran valor ecológico, donde la actividad salinera convive en simbiosis con la naturaleza. Fruto de esta dinámica es la enorme biodiversidad que habita este humedal, cuyo símbolo más notorio es el flamenco. La producción de sal se basa en la evaporación del agua del mar, con ayuda del viento y el sol. Una técnica milenaria y sostenible que se ha visto reforzada y mejorada con los años gracias a la aplicación de ciertas dosis de innovación.

Las escamas de sal son, en conclusión, son un producto diferencial, con muchas posibilidades culinarias, que se ha ganado un hueco en las despensas y en las elaboraciones de la alta cocina. Además de las escamas al natural, es posible optar por variedades aromáticas, como las escamas al humo con jengibre, o propuestas frescas como las escamas con cítricos. Un abanico de experiencias por descubrir.

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