Otovo, compañía líder en autoconsumo solar residencial, muestra datos en los cuales Países Bajos y Bélgica se perfilan como los países que más cuentan con energía solar en el hogar, mientras que España se encuentra en uno de los últimos lugares
Mientras varios países europeos están apostando fuerte por una o dos tecnologías verdes, los datos muestran que España tiene potencial, pero no se está centrando con fuerza en ninguna de ellas
Otovo, compañía líder en autoconsumo solar residencial, destaca en qué punto están extendidas las tecnologías verdes en los hogares europeos. Basándose en los datos de mercado disponibles, determinó que España, a pesar de su gran potencial de crecimiento en el uso de tecnologías verdes, se encuentra entre los últimos países de la lista.
Otovo ha comparado la difusión actual de cuatro tecnologías clave para la transición energética: los sistemas solares, las bombas de calor, el almacenamiento de electricidad en baterías y los coches eléctricos en países como España, Suiza, Suecia, Francia, Noruega, Países Bajos y Bélgica, entre otros. El panorama muestra grandes diferencias tanto entre los mercados, como en la difusión de las distintas tecnologías por países; y destaca a Países Bajos (25%) y la regiones belgas Flandes (22%) y Valonia (16%) como líderes en porcentaje del total de hogares con energía solar, mientras que España, a pesar de ser uno de los países con más horas de sol del mundo, se encuentra en el penúltimo puesto con solo un 1,6%.
En el caso de hogares con bomba de calor (utilizada como fuente principal de calefacción, excluido el aire acondicionado) en porcentaje de todos los hogares, se encuentran en el pódium Noruega (70%), Suecia (50%) y Suiza (21%), mientras que España se encuentra en uno de los últimos lugares con un 7%. Además, de cara al mayor uso del vehículo eléctrico de batería, los resultados ponen en valor un potencial de crecimiento y los porcentajes de Noruega (24%) y Países Bajos (5%), esto sin contar los híbridos enchufables. En este caso, España se sitúa muy por detrás, con un 0,3%, apenas superando a Polonia.
En el país se obtiene de media al año hasta 600 kilovatios-hora por metro cuadrado de energía solar. En este sentido, Iñigo Amoribieta, Managing director de Otovo, comenta: “Los años pasan y a nivel europeo cada país está trabajando para impulsar los objetivos de la Agenda del 2030. Incluso en los países ubicados en latitudes más altas, esta tecnología es rentable tanto a nivel ecológico como financiero. En nuestro país podremos sacarle mucho más partido. La energía en España es de las más caras de Europa, y para rebajar este coste, tenemos que aprovechar la energía que nos provee el sol. Tenemos el privilegio de contar con un gran recurso y no avanzar en ninguna de estas áreas no es una opción. Es crucial que empresas y Gobierno trabajen en conjunto para ofrecer a los consumidores las facilidades y las herramientas necesarias para hacer uso de tecnología verde y que España sea un gran impulsor de esta energía en un futuro muy próximo. Para alcanzar nuestros objetivos y convertirnos en líderes, deberíamos tener una estrategia clara en cuanto al liderazgo en energía solar y su almacenamiento, y después ir a por el vehículo eléctrico y las instalaciones de aerotermia”.
El panorama muestra muy claramente el resultado de las políticas de casi todos los mercados en los últimos años en lo que se refiere a la promoción y expansión de las tecnologías verdes. Para que España se convierta en líder en energía solar, es necesario seguir el ejemplo de otros países y aprovechar sus puntos fuertes, así como invertir en Investigación y Desarrollo (I+D), desarrollar infraestructuras de almacenamiento de energía, facilitar el acceso a financiamiento y simplificar los procesos de permisos y regulaciones entre muchas otras cosas. Países Bajos es uno de los países líderes en energías verdes en Europa, con un porcentaje récord del consumo total de electricidad cubierto por energía solar. Noruega lleva una clara ventaja en cuanto a tiempo de funcionamiento con aerotermia, pues poco después del cambio de milenio, los precios de la electricidad se dispararon tanto que los noruegos buscaron rápidamente una alternativa más barata a la calefacción y la financiación pública también garantizó la rápida difusión de la tecnología. En Suecia se subvencionan las obras de instalación y la eficiencia energética en viviendas con calefacción eléctrica o de gas y Suiza cuenta con un sólido marco político para apoyar la transición a la calefacción renovable, que incluye subvenciones, incentivos fiscales, códigos de construcción y etiquetas energéticas.
Los resultados muestran que, en un futuro próximo, los hogares europeos darán un gran paso para equiparse con tecnologías verdes. Las condiciones nunca han sido mejores, y si los gobiernos reaccionan ahora en consecuencia, facilitando su desarrollo, los hogares privados, en interés propio, harán el trabajo para alcanzar los objetivos ecológicos de Europa.