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¿Caducan los protectores solares?… aprovecha el veranillo de San Miguel

Lo que conocemos como Veranillo de San Miguel, algo así como una prolongación del verano en los primeros meses de otoño, sigue dándonos unas temperaturas fantásticas para estar en la calle. Una de nuestras dudas está en los protectores solares que hemos utilizado estos meses de julio y agosto… ¿cuál es su fecha de caducidad? ¿podríamos usarlos también en los meses de otoño e invierno como recomiendan muchos dermatólogos?

Sí, los protectores solares tienen fecha de caducidad, y usar un producto vencido podría poner en peligro tu rutina de cuidado solar. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos obliga a que cada producto lleve esta fecha bien visible. Aproximadamente, su vida útil suele ser de tres años. Algunas firmas cosméticas, como Nezeni Cosmetics, prefiere fijar esta fecha en los dos años, por una buena razón: su bajo nivel de conservantes: “Sabemos que los conservantes, especialmente los químicos como el fenoxietanol, pueden irritar la piel y desencadenar alergias en algunas personas, por no mencionar el efecto combinado de los cosméticos, que puede provocar problemas de salud a largo plazo, por lo que usamos en nuestras fórmulas una cantidad mínima” – nos comenta Esperanza Sáenz, su responsable de imagen.

¿Cuándo sabremos que un protector solar ha caducado?

Básicamente, olerá mal como resultado de la contaminación de bacterias, su textura será aguada o se apelmazará, y apreciaremos decoloración sobre todo en cremas y lociones, más difícil de ver en un spray. Si notas un tinte amarillo o marrón, es mejor tirar el bote, ya que suele deberse a la oxidación por el paso del tiempo, cuando la fórmula se expone al aire y la luz solar.

Las cremas solares caducadas nunca deben aplicarse sobre la piel, sobre todo las químicas, ya que sus ingredientes activos como la oxibenzona, el octinoxato, el octisalato y la avobenzona son moléculas inestables que se descomponen al sol con el paso del tiempo, por lo que resultan ineficaces y la piel es más susceptible a las quemaduras. Aunque las opciones minerales como el óxido de zinc y el dióxido de titanio no tienen el mismo problema, pueden sufrir cierta degradación con el tiempo. Además, los protectores solares están cargados de emulsionantes, tintes y otros ingredientes que pueden estropearse, no querrás ponértelos en la piel.

También debemos tener en cuenta el PAO (periodo de utilización recomendado), cuyo símbolo encontrarás en muchos productos de belleza y cuidado personal. Suele representarse como un tarro abierto con un número y la letra M al lado (ejemplo: 12M), lo que significa que el producto es bueno por doce meses después de su apertura. Filip Van, uno de los CEO fundadores de la firma cosmética Di Oleo, aconseja utilizar además protectores solares que actuén estos meses de otoño contra los rayos dañinos del sol: “Principalmente, cremas o lociones que colaboren en el mantenimiento de una piel sana e hidratada, mientras bloquean los rayos que pueden quemarnos y causarnos daño, más aún si nos encontramos en zonas de montaña o con nieve. No debemos olvidar que el sol en estos meses, si bien ejerce una radiación mucho menor que por ejemplo en agosto, es necesario que lo tomemos a diario porque ayuda a nuestra piel a sintetizar la vitamina D, lo que repercute positivamente en los huesos y algunos órganos como el corazón”.

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