El calor elevado y duradero en el tiempo disminuye las emociones positivas e incrementar las negativas como la apatía, mal humor, confusión, estrés y desánimo
A medida que aumenta la temperatura ambiente, la duración de los ciclos del sueño se acorta y la calidad del mismo disminuye
El verano suele tener un efecto muy positivo en el ánimo de las personas. Se sale más al aire libre, hay más horas de luz y mejora el humor en general, sin embargo cuando las temperaturas aumentan en exceso y existe una sobre adaptación del organismo al calor extremo, puede conducir al malestar psíquico e incluso actuar de manera negativa en determinadas personas. Los trastornos que se ven más afectados por las altas temperaturas estarían los relacionados con la ansiedad y el estrés, así como los vinculados a estados de ánimo como la depresión.
Según el doctor Víctor Navalón, psiquiatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, "el calor elevado y duradero en el tiempo, típico de una ola de calor afecta a nivel psíquico al disminuir las emociones positivas e incrementar las negativas como la irritabilidad, apatía, mal humor, confusión, estrés y desánimo" Y recalca la importancia de que "en el caso de que la persona que sufra algunos de esos trastornos se vea especialmente afectada, la recomendación es que acuda a su especialista para que lo evalúe y adopte las decisiones terapéuticas que pueda considerar adecuadas para reequilibrar su estado".
Para el profesional, "la salud mental con temperatura superiores a los 35 gados aumenta la irritabilidad, la frustración, el mal humor e incluso los crímenes y la violencia. Casi un 20% de la población se siente más irritada, fatigada y menos productiva".
Calidad del sueño
No hay que olvidar que el calor extremo afecta a la calidad del sueño. Para el profesional, "la pérdida del sueño es otro efecto de la temperatura alta, y la falta de sueño puede empeorar la depresión, la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo y afectar profundamente la cognición. También tiene el potencial de disminuir las habilidades de afrontamiento".
A medida que aumenta la temperatura ambiente, la duración de los ciclos del sueño se acorta. Además, una mayor temperatura corporal hace que el cerebro genere menos melatonina, la hormona que segrega el cuerpo humano y que actúa como reguladora y precursora del sueño, fundamental para dormir bien. "Por tanto el no dormir bien afecta al rendimiento físico y cognitivo, por lo que la productividad disminuye con las altas temperaturas siendo menos eficaces y mostrando déficits para mantener la atención y concentración", afirma el doctor Navalón.
Consejos
Entre las recomendaciones que comenta el doctor Navalón la primera es favorecer a los colectivos más vulnerables la adaptación a las altas temperaturas y que el calor interfiera lo menos posible en la vida y rutina del individuo.
Descansar con frecuencia a la sombra y realizar actividades al aire libre a primera o a última hora del día, cuando la temperatura es más propicia, evitar la exposición al sol y la práctica de deportes al aire libre en las franjas centrales del día, es uno de los consejos que da el especialista.
"Además, mantenerse hidratado constantemente, llevar ropa adecuada de tejidos naturales, ligera y holgada, así como usar ropa, de colores claros, sombrero, gafas de sol y cremas protectoras solares", comenta el profesional y "permanecer en espacios ventilados o acondicionados y evitar comidas copiosas tomando alimentos frescos y ligeros propios de la dieta mediterránea: mucha fruta y verdura. Todo esto ayudará de manera positiva a afrontar las altas temperaturas y disminuir ese malestar emocional que generan".