Los dolores musculoesqueléticos de espalda pueden tratarse de diversas formas. Pero, ¿qué tratamientos funcionan mejor? Los pacientes, según un estudio de la consultora Ipsos, destacan los pros y contras de cada tipología. Por su parte, el fisioterapeuta Pablo de la Serna explica que "los tratamientos orales, tópicos, los parches de calor y la fisioterapia pueden ser complementarios y aumentar así sus propiedades terapéuticas"
El dolor musquloesquelético impacta de muchas formas en el día a día de quienes lo padecen, ya que no solo afecta a nivel físico y sensorial, sino que también influye negativamente en las emociones e invalida a la hora de realizar múltiples actividades. Ante una molestia, una contractura o –en el peor de los casos– una lesión muscular, se presentan múltiples opciones de tratamiento.
Los analgésicos orales son medicamentos que deben ser recetados por un facultativo médico o recomendados por el farmacéutico. Según un estudio de Ipsos[1], los pacientes consideran que tienen diversos beneficios: "sus efectos suelen ser rápidos" y tienen la ventaja de que "se pueden tomar en cualquier lugar", siempre siguiendo las dosis establecidas por el profesional sanitario. Además, "son eficientes ante un dolor específico, a la vez que pueden tratar más de una zona de dolor a la vez". Por otra parte, el fisioterapeuta y experto en terapia de calor Pablo de la Serna advierte que "la duración de los efectos de los analgésicos orales se limita a unas horas, en ocasiones actúan más sobre los síntomas que sobre la causa y, a largo plazo, pueden ser invasivos, aunque no se abuse de ellos".
Otra opción terapéutica para el dolor musculoesquelético son los medicamentos en crema, gel o ungüento, que se aplican en la zona afectada por el dolor. Según el estudio de Ipsos¹, la opinión de los pacientes es que son "predecibles" en su funcionamiento y también en el grado en el que van a "aliviar las molestias que se tengan". Como desventajas de este tipo de tratamiento, afirman que "los efectos pueden tardar un tiempo en notarse y se necesita dedicar un rato para aplicarlos"; además de ser "poco cómodos", "desaparecen rápidamente", "pueden manchar la ropa" y "suelen desprender olores".
Por su parte, los pacientes valoran positivamente los parches de calor porque "su acción es muy localizada" y, además de generar "una agradable sensación de calor" y adaptarse "a diferentes áreas del cuerpo", se pueden usar hasta ocho horas y "tienen un efecto duradero". Además, destacan que son "flexibles" y se adaptan a diversas áreas del cuerpo, que son "fáciles de usar" y "no manchan la ropa ni desprenden olores". Para De la Serna, "son eficaces y a la vez una solución sin medicamentos, ya que contienen una combinación de hierro, carbón, sal y agua, que al entrar en contacto con el oxígeno, liberan calor durante ocho horas". Según el fisioterapeuta, "tratan el dolor de manera localizada en una zona específica y son eficaces para molestias y en dolor leve".
¿Cuál es el mejor tratamiento?
Pablo de la Serna lo tiene claro: "todas las opciones son válidas, tienen sus particulares beneficios y, lo más importante, pueden combinarse entre sí para multiplicar los efectos positivos y calmantes". Se trata, según el experto, de "utilizar la mejor combinación para cada caso –entre analgésicos orales, tópicos, parches de calor y fisioterapia– en función del grado de dolor".
Los pacientes entrevistados por Ipsos¹ refieren que cuando el dolor es más severo funciona bien la combinación de analgésicos orales con el uso parches de calor, ya que estos últimos tienen un efecto menos invasivo y promueven la relajación de los músculos[2].
Para molestias y dolores leves, "se pueden utilizar geles o cremas en casa y aplicar —nunca encima de la crema o gel— un parche de calor para un efecto más duradero fuera del domicilio", explica el fisioterapeuta. Según los pacientes entrevistados por Ipsos¹, esta combinación funciona para aliviar "una zona específica" y resulta "poco invasiva" y "sin medicamentos". A todo ello se puede sumar "la ayuda de la fisioterapia como tratamiento de base y de mantenimiento en aquellas personas más proclives a sufrir dolores musculoesqueléticos de espalda por su edad, estilo de vida o condición física", concluye de la Serna.