Ecstatic Dance (1) - Foto de Álvaro Parada
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Ecstatic dance, mucho más que una terapia para vencer el estrés

En estos tiempos en que se habla tanto de la salud mental, uno de los desencadenantes que la deteriora es sin duda el estrés diario que muchas personas padecen, para lo que actividades como el ecstatic dance son de gran ayuda. Hablamos de una práctica de movimiento libre y expresión corporal que se ha vuelto tremendamente popular en los últimos años y en todo el mundo, en la que los participantes bailan de manera espontánea sin coreografías ni restricciones, absolutamente libres.

Nacido en la década de los setenta en Hawái, el Ecstatic Dance surgió como una respuesta a la rigidez y las limitaciones de los estilos de danza tradicionales. Se desarrolló como un espacio seguro y no juzgador en el que las personas pueden conectar consigo mismas y con los demás a través del movimiento auténtico y sin inhibiciones: “Se trata de una experiencia de danza única y no convencional en la que hay tres reglas básicas: no se puede hablar para ser consciente de lo que despierta dentro de ti, se baila descalzo para estar conectado con la tierra, y por supuesto, tampoco están permitidos el alcohol ni las drogas” – nos cuenta Miguel Méndez, director de la empresa organizadora de eventos conscientes Luz del Sur.

El Ecstatic Dance ofrece numerosos beneficios para aquellos que se acercan a esta práctica. En primer lugar, brinda una oportunidad para liberar el estrés acumulado y las tensiones del día a través del movimiento corporal. Al bailar libremente y sin restricciones, las personas pueden experimentar una sensación de liberación y bienestar emocional: “Fomenta la conexión con el cuerpo y la conciencia corporal, permitiendo a los participantes explorar y expresar su individualidad y creatividad a través del movimiento. Y también promueve la conexión con los demás, ya que se basa en una comunidad de bailarines que comparten un espacio seguro y respetuoso”.

Una experiencia más allá del ejercicio físico

A diferencia de otras formas de movimiento y danza, el Ecstatic Dance se distingue por su enfoque en la libertad y la autenticidad: “A diferencia de las clases de baile tradicionales, no hay pasos predefinidos ni coreografías a seguir, alentando a los participantes a escuchar su cuerpo y dejarse llevar por el impulso del momento, y creando un ambiente no competitivo y sin juicio, donde cada persona puede moverse a su propio ritmo y estilo” – nos explica Miguel Méndez. Además, el Ecstatic Dance nos aporta una experiencia más holística que va más allá del simple ejercicio físico, ya que incorpora elementos de meditación y mindfulness a través de la música y el movimiento consciente. 

¿Quieres iniciarte en el Ecstatic Dance?

El Ecstatic Dance es una opción única para aquellos/as que buscan una práctica de movimiento liberadora, inclusiva y espiritualmente enriquecedora. Si quieres iniciarte en esta actividad, una oportunidad única la tienes en el Festival Luz del Sur 2023 – Ecstatic Arts, que se celebra entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre en San José del Valle (Cádiz). 

Su objetivo, alcanzar el éxtasis de forma natural a través de la danza, el arte, la música, el autoconocimiento o la expresión corporal, fomentando además una sólida cadena de relaciones humanas entre personas con intereses comunes. En definitiva, toda una semana dedicada a la desconexión de nuestra cotidianidad, a la liberación de nuestro cuerpo y mente, y al mero disfrute de compartir con otros, las cosas más pequeñas.

Entre los talleres y actividades que encontrarás en el festival hay conciertos de música, ecstatic dance, 5 ritmos, biodanza, yoga, tantra, ecstatic body, masajes, arte terapia o cocina saludable. De los artistas confirmados: los sonidos envolventes e hipnóticos de Alex Serra y Toti Dub, Albert Pala, Januman, Irene H. Sánchez & Alex Sevilla, la bailarina África Clúa con su arte en movimiento, Musgö y su arpa eléctrica o las músicas sagradas de Andros Ruz, entre muchos otros.

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