En el caso de que los pacientes tengan patologías oculares concretas, los especialistas recuerdan que existen gafas de sol con filtros específicos, adecuados para cada situación
Con la llegada del verano, los problemas oculares aumentan debido a la radiación solar y al contacto de los ojos con agentes externos como el agua o la arena. Por ello, desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV) informan de la importancia de la prevención para cuidar la salud visual y evitar, entre otros, el ojo rojo, la irritación ocular, la conjuntivitis, el lagrimeo o el escozor.
"Se deben emplear gafas de sol homologadas, bien testadas y que tengan filtros contra la radiación ultravioleta (UV). Solo de ese modo tendremos el 100% de protección", señala la Dra. Belén Alfonso, especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. "Los pacientes con patologías específicas de la retina, además, podrían beneficiarse de los filtros selectivos".
Asimismo, es fundamental que los pacientes que empleen lentes de contacto extremen las precauciones. "En verano se incrementan las oportunidades de tocarlas con las manos y, por tanto, de que el ojo entre en contacto con crema solar, agua o arena, siendo más fácil la aparición de infecciones", indica la Dra. Alfonso, quien advierte de que "ante cualquier irritación ocular o problema, es necesario acudir al oftalmólogo".
La higiene ocular, imprescindible en verano
Una higiene adecuada es fundamental para evitar problemas oculares en verano. Entre los consejos de los expertos del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega se encuentran emplear lágrimas artificiales para hidratar, disponer de toallas limpias para secarse los ojos, y evitar tocarse los ojos con las manos ante un momento de picor o escozor. También, gracias al uso de gafas de natación de calidad, podremos impedir el contacto directo con el cloro y otros organismos que se encuentran en el agua.
Por último, los expertos del centro recomiendan, además de estos cuidados estivales, acudir a revisiones oftalmológicas periódicas con el fin de detectar de forma precoz cualquier afección ocular y asegurarse de tener un tratamiento oportuno en caso de ser necesario.