Traumatología Soler explica las 5 claves que convierten el Abordaje Directo Superior en una alternativa efectiva frente a los métodos tradicionales para tratar lesiones en cadera
En el campo de la traumatología, existen distintas técnicas quirúrgicas que buscan, por vías diferentes, acceder a la zona afectada. Sin embargo, aunque todas tienen el mismo objetivo -la mejora de la salud y el bienestar del paciente-, el proceso no supone lo mismo en cada una de ellas. En los últimos años, técnicas mínimamente invasivas como el Abordaje Directo Superior (DSA) han ganado popularidad, pues posibilitan una recuperación más rápida y resultados duraderos en comparación con procedimientos convencionales.
Traumatología Soler, especialistas en prótesis de cadera y rodilla y pioneros en la aplicación de DSA en cirugía de cadera, explica las 5 claves que convierten el Abordaje Directo Superior en una alternativa efectiva frente a los métodos tradicionales para tratar lesiones en cadera:
Menos sangrado: el Abordaje Directo Superior minimiza el daño a los tejidos circundantes, pues la incisión que se realiza de 7 cm -más pequeña que la que provocan las cirugías tradicionales-, se efectúa en una zona donde hay menos estructuras importantes. Con ello se produce, no solo la preservación de músculos, vasos sanguíneos y nervios -sin desinsertar los tejidos ni cortarlos-, sino también una disminución significativa del sangrado durante la intervención y, por tanto, menor dolor postoperatorio y una recuperación más rápida.
Visualización directa: esta técnica permite un acceso optimo al área a tratar, pues se evitan estructuras y órganos que podrían obstruir la visión, como ocurre en los procedimientos tradicionales. Así, el experto tiene una visión clara y detallada de la articulación y, por tanto, se mejora la precisión y la seguridad durante la cirugía.
Estabilidad y alineación: En algunos casos, el Abordaje Directo Superior puede ser preferible debido a su capacidad para proporcionar una mayor estabilidad y alineación de la articulación, con prácticamente ninguna luxación, durante la intervención quirúrgica. Esto es especialmente relevante en cirugías de cadera, rodilla o, incluso, columna vertebral, donde el acceso desde la parte superior puede facilitar la corrección de deformidades o la estabilización de segmentos vertebrales.
Menor riesgo de complicaciones: gracias a su enfoque preciso y mínimamente invasivo, evitando estructuras críticas, esta técnica ha demostrado tener una tasa reducida de complicaciones durante la cirugía y postoperatorias. Esto incluye la disminución del riesgo de lesiones vasculares, nerviosas, de tejidos blandos y hasta de infecciones, como sí puede ocurrir en abordajes más invasivos.
Recuperación postoperatoria: Dependiendo de la naturaleza y la extensión de la cirugía, el Abordaje Directo Superior puede ofrecer una recuperación postoperatoria más rápida y menos dolorosa para el paciente. La preservación de tejidos y la reducción de complicaciones pueden contribuir a una estancia hospitalaria más corta y a una recuperación general más favorable. De hecho, a las 6 horas de la intervención el paciente es capaz de dar sus primeros pasos y a las 24 horas ser dado de alta.
La recuperación rápida y segura es fundamental en el campo de la traumatología. Gracias a la tecnología de vanguardia, técnicas como el Abordaje Directo Superior ofrecen una serie de beneficios que, sin duda, mejoran la calidad de vida y el bienestar de los pacientes.