Una correcta hidratación durante la práctica de deporte nos ayuda a evitar lesiones y acelera la recuperación de nuestro cuerpo
Los expertos en Nutrición de Club Metropolitan te exponen la importancia que tiene la hidratación antes, durante y después de la rutina de entrenamiento así como sus beneficios para el día a día
Es socialmente innegable que la hidratación es fundamental para nuestro organismo. Además, la mayoría de población nota una gran diferencia antes y después de hidratarse, ya sea con agua o cualquier líquido que sacie esta sensación. Así es como, además, cobra especial importancia cuando se practica deporte. Sin embargo, existen muchos mitos alrededor de la importancia de hidratarse y cómo hacerlo adecuadamente antes, durante y tras la sesión de actividad física.
Aunque no siempre se le otorga la importancia que realmente posee, los múltiples beneficios de estar bien hidratado residen no sólo en el interior de nuestro cuerpo, sino que también tienen un importante efecto sobre la condición física del deportista. Habitualmente se recomienda el consumo de dos o tres litros de agua diarios en el caso de un adulto, esta cantidad es sólo una referencia estándar y dependerá mucho de cada persona, pero si de algo no hay duda, es que durante un entrenamiento es básico hidratarse con agua mineral o agua con electrolitos (sales minerales esenciales en la hidratación), no sólo para prevenir posibles malestares, sino también para aumentar el rendimiento deportivo, y es que un 2% de pérdida de agua corporal puede suponer un 20% menos del rendimiento deportivo.
Conscientes de la confusión que puede generar la hidratación durante la sesión, así como comprender sus beneficios en cada una de las etapas de la sesión, el equipo de expertos en Nutrición en Club Metropolitan te acerca algunos consejos para que conozcas mejor la importancia de hidratarse correctamente durante el entrenamiento:
Antes del entrenamiento: Hidratarse bien antes del entreno nos ayudará a empezar la actividad física con un margen para poder rendir a buen nivel. La cantidad de agua necesaria previa al entrenamiento dependerá de varios factores, aunque especialmente de la intensidad y duración de la actividad que se realice. Para entrenos estándares de una hora y a un ritmo medio, beber un mínimo de medio litro de agua, una hora antes de la práctica deportiva, sería la cantidad óptima.
Durante el entrenamiento: Mantener la hidratación de forma constante durante el entreno es vital para reemplazar el sudor que se libera al realizar la actividad. Por poner algunos ejemplos, se estima que después de una hora de ciclismo, de futbol o de running pueden perderse entre 1,5 y 2 litros de agua. Es necesario ir bebiendo durante el entrenamiento, pero sin hacerlo de golpe y sin tomar grandes cantidades, más bien poco a poco (unos 150-200ml) cada 15 o 20 minutos.
Después del entrenamiento: Una vez finalizado el entreno, el proceso de rehidratación es igual de importante que el anterior. ¿La mejor manera de recuperarse? Además de recuperar energías con una comida sana que contenga las principales fuentes nutricionales (proteína y carbohidratos), si has hecho un entrenamiento intenso, también puedes tomar una bebida con azúcares simples (bebida isotónica, nunca un refresco o cerveza). Esta será perfecta para reponer todos los nutrientes consumidos durante el entrenamiento. Si eres de las personas que no suele tener mucho apetito justo después de entrenar, puedes probar con una ingesta líquida como un batido o yogur acompañado de frutas y avena.
Más allá del beneficio en la rutina de entrenamiento, beber agua es fundamental para evitar síntomas de malestar, fatiga, dolor de cabeza o calambres musculares, por ejemplo, es recomendable acostumbrarse a beber agua frecuentemente, sin esperar a tener sed o beber mucha cantidad de golpe cuando la tenemos.
Y es que estar hidratado es esencial para la correcta actividad del organismo. Además, beber agua de forma frecuente ayuda a eliminar la retención de líquidos y a acelerar el metabolismo, lo que se traduce, también, en una mayor quema de calorías.