Celia Spellman ha ido desgranando el contenido de la que va a ser su primera referencia bajo el nombre de NENAS, mientras sigue manteniendo ese delicado misterio sobre su identidad. Tras singles como "Fuckboys", una canción entre clicks y pops, ritmos quebradizos y melodías directas y pegajosas; "xfa", una historia de amor imposible con la que bailamos alocadamente, entre la soledad, la timidez y la locura; o "Nuevos Heteros", que destapa un himno en sí mismo a través de un ejercicio de surrealismo y rebosante cinismo.

Y hoy, completa el EP con un nuevo tema. "Último Perdón", un tema desatado de digicore que cuenta con la colaboración de Miriam LABORDE (vocalista de Lisasinson). Una canción que construye un universo poliédrico, que juega con referencias religiosas, guilty pleasures y sexo, una provocación abierta y sin tapujos, que se disfruta a golpe de pogo.

Entre el chiptune y el bubblegum, y en una línea cercana a la de Putochinomaricón, NENAS presenta un primer trabajo en el que rebosa el misterio y las emociones, y que deja cuatro canciones tan valiosas como diamantes. Una propuesta musical que lleva nombre y apellidos, única e indefinible, llena de aristas, irreverente, imaginativa, bailable y a la vez crítica, divertida y adictiva. Todo una joya. ¿Qué más queréis, nenxs?

Detrás de NENAS encontramos el alter ego musical de Celia Spellman, alma encarnada en estrella del pop adolescente obsesionada con la creación de nuevos mundos

Después de formar parte de MARTIRIO MARTIRIO junto a Chantal Cruel, y de participar en el primer LP de Yana Zafiro, la artista se aventura ahora en solitario para narrar historias cotidianas con personalidad queer y criticar, de forma ácida y mordaz, a la sociedad moderna. 

© Celia Spellman

Con un sonido complejo y que baila entre el bubblegum pop, el hardcore o el chiptune, NENAS se alinea en cierto modo con artistas como PUTOCHINOMARICÓN, vistiendo de sonidos actuales la necesidad de desmarcarse de una sociedad ansiosa de clasificar y definir, de construir arquetipos sobre los que facilitar una organización de la especie humana imposible desde los parámetros sobre los que se construye la identidad personal.

Por eso, cuando alguien se pregunte quién es Celia Spellman solo encontrará el sonido de su propio eco. Comprometida a conservar su identidad y no revelarla a nadie, huye de todos estos conformismos, las generalizaciones y clasificaciones. Solo queda, pues, rendirse ante un misterio que promete salvarnos a todos del vacío de la existencia.