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Hasta el 40% de los bebés menores de seis meses sufren el cólico del lactante

Estos cólicos suelen empezar entre la tercera y la sexta semana de vida

Los bebés sin cólicos lloran de una a tres horas diarias y cuando tienen cólicos más de tres horas

El cólico se inicia después de las tomas, principalmente por la tarde y noche

anda CONMiGO explica que los cólicos pueden deberse a alergias, inmadurez intestinal y dificultades en la alimentación, entre otras causas.

Los llantos y sollozos en los bebés recién nacidos forman parte de su lenguaje comunicativo. Por norma general, este tipo de respuestas emocionales reflejan que el menor necesita atención, ya sea por frío, hambre, sueño o porque simplemente necesita que le cambien el pañal.

Según las investigaciones de Brazelton, todos los bebés pasan por la llamada “curva del llanto”, según la cual el momento álgido de llantos se daría alrededor de las seis semanas de vida, y a partir de ahí empezaría a disminuir las horas de sollozos hasta conseguir una estabilización de frecuencia baja sobre la semana doce.

“Los bebés normalmente lloran de una a tres horas diarias, e incluso, es coherente que se enfrenten a un periodo de irritabilidad durante las horas nocturnas”, explican desde anda CONMiGO, centros de terapias infantiles integradas.  Pero, ¿qué sucede cuando el llanto se convierte en una rutina diaria de más de tres horas seguidas?

¿Qué es el cólico del lactante?

Los terapeutas especializados de anda CONMiGO afirman que hasta el 40% de todos los recién nacidos padecen cólicos durante su lactancia, sobre todo entre la tercera y la sexta semana de vida, llegando a perdurar incluso hasta que el bebé cumple seis meses.

El famoso ‘cólico del lactante’ se define como un trastorno benigno, que, pese a no presentar riesgo alguno para el bebe, es uno de los trastornos más comunes y de los más consultados por los padres y madres debido a la desesperación que produce el tener al pequeño o la pequeña llorando durante horas sin saber cómo actuar o qué hacer para calmarlo.

“Durante muchos años el cólico del lactante se ha considerado como una fase transitoria normal entre los menores de seis meses, pero realmente se trata de una patología que debe ser tratada por profesionales del ámbito sanitario para identificar el tipo de llanto, comprobar el estado del abdomen y descartar que la causa del llanto sea otro tipo de trastorno”, sostienen desde anda CONMiGO.

Signos y síntomas del cólico del lactante

El cólico del primer trimestre se caracteriza por episodios de un llanto agudo que altera al niño o niña durante más de tres horas, pero que el resto del día les permite estar tranquilos. A pesar de que los bebes suelen calmarse al cogerles en brazos, desde anda CONMiGO consideran necesario saber qué síntomas y signos muestran que el pequeño o pequeña puede tener un cólico, descartando así un simple llanto pasajero.

Por norma general, el cólico se inicia después de las tomas, independientemente del tipo de lactancia, y es más frecuente por la tarde o la noche. En ocasiones, el llanto suele ir acompañado de movimientos de flexión de piernas sobre el abdomen, flexión de brazos y emisión de gases intestinales. Además, suelen darse alteraciones conductuales como inquietud, malestar, alteración del sueño, inclusive vómitos y alteración en las heces.

Aunque no hay una causa que evidente que demuestre el porqué se producen estos cólicos, desde anda CONMiGO explican que puede deberse a alergias o intolerancias alimentarias, a inmadurez intestinal o alteración del intestino, dificultades en la alimentación, alteraciones craneales durante el parto o variaciones hormonales o de la flora intestinal.

La fisioterapia como terapia calmante del cólico del lactante

Al consistir en una patología multifactorial, una de las terapias más eficaces para calmar estos cólicos es la fisioterapia infantil. Así, los fisioterapeutas especializados de anda CONMiGO sostienen que los masajes terapéuticos, la terapia orofacial, la osteopatía craneal y viceral mejoran la succión del menor a la hora de alimentarse evitándoles coger aire innecesario.  “Estas técnicas especializadas contribuyen a mejorar la calidad de vida de nuestros pequeños en sus primeros meses de vida, y en consecuencia la de sus padres”.

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