El Auditorio El Batel de Cartagena inundará el periodo estival de sugerentes y refrescantes propuestas culturales, como el humor de Juan Dávila (del 5 al 7 de julio), el concierto de verano de la Joven Orquesta de Cartagena (8 de julio), la actuación del Gran Circo Acrobático de China (29 de julio) y las obras de teatro Adictos (4 de agosto) y Las guerras de nuestros antepasados (25 de agosto).
El auditorio cartagenero comienza la programación de 'Los Veranos de El Batel' con el espectáculo del momento, 'La capital del pecado 2.0'. Un show de humor refrescante y de improvisación, con el que está girando Juan Dávila. Dávila en un auténtico showman, y se ha convertido en el mesías de la improvisación. El cómico tiene completas ya las tres funciones programadas en Cartagena (5, 6 y 7 de julio).
Julio contará también la actuación de la Joven Orquesta Sinfónica de Cartagena. La JOSCT deleitará al público el día 8 con su tradicional concierto de verano, bajo la batuta de su director,Álvaro Pintado.
Concluye este mes con la actuación del Gran Circo Acrobático de China (29 de julio). Un espectáculo calificado por muchos como único en el mundo y como un deleite para los cinco sentidos, por sus bellas acrobacias. El show cuenta con más de 30 artistas en escena, la mayoría medallistas olímpicos y otros procedentes del Circo del Sol.
Y para agosto, El Batel ha programado dos funciones de teatro con el sello de Pentación. La primera permitirá al público presenciar la actuación de la gran Lola Herrera, que junto a Lola Baldrich y Ana Labordeta pondrán en escena 'Adictos'. Una obra que aborda una problemática que nos afecta a todos: ¿hasta qué punto estamos sometidos por la tecnología? ¿somos realmente libres? Estas cuestiones, que raramente hoy se ven planteadas encima de un escenario, deben confrontarse con el público contemporáneo.
Y el 25 de agosto, Carmelo Gómez y Miguel Hermoso ponen voz a 'Las guerras de nuestros antepasados', un grito contra la violencia de los conflictos bélicos. Un libreto resultado de la adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes. La paz frente a las guerras y la no violencia como camino de vida que, desde el nombre del protagonista, Pacífico, hasta el final terrible de la obra, el autor vallisoletano defendió a lo largo de sus páginas.